- lunes, octubre 30, 2017
- 6 Comments
Ya estamos en otoño, y aunque seguimos teniendo días muy buenos, soleados, con temperaturas muy agradables para esta época del año, empieza a apetecer preparar recetas más contundentes y elaboradas.
Hay frutas que aunque se encuentran en cualquier época del año en nuestras fruterías, parece que se prestan más a ciertas estaciones. Igual pasa con las tartas sin horno en la temporada veraniega y ahora, con los primeros fríos, todos estamos deseando encender el horno e inundar las cocinas con recetas que desprenden aromas otoñales.
Este mes el Reto "Alfabeto Dulce" se tiñe de aromas con sabor a otoño. Nuestras compañeras Cristina del blog "Bizcocheando" y Rosa María de "Un toque de canela" nos traen dos ingredientes riquísimos y que además combinan a la perfección y dan muchísimo juego.
La pera es un ingrediente que me encanta para preparar postres ya sea como parte de una tarta, de una macedonia, de un postre en vasito, un smoothie o simplemente para cocerlas y prepararlas en almíbar. El requesón, como casi todos los quesos forman parte de mi dieta habitual ¡no sé qué haría sin queso! y al igual que las peras, da mucho juego a la hora de la preparación de diferentes recetas tanto dulces como saladas.
Yo me he puesto manos a la obra y como el domingo venía la familia a comer he preparado una tarta festiva que ha gustado tanto a los mayores como a los peques de la casa. No es complicada de preparar, pero sí que hay que seguir una serie de pasos. En realidad es un cheesecake, pero en vez de tener una base de galletas he preparado una masa de chocolate y he forrado el molde (base y paredes).
Además lo he cubierto de una crema también de chocolate y lo he adornado con unas chips de pera, que era la primera vez que preparaba y que aunque no me han quedado del todo como yo quería, estaban riquísimas y muy crujientes.
Explico esto último. Las chips de pera tenían que haber quedado menos tostadas, más transparentes, que parecieran hechas de cristal, pero, lo que son las prisas, al darlas la vuelta se me olvidó poner el reloj y en vez de estar 15 minutos en el horno, estuvieron 25, lo suficiente para que se me tostaran más de la cuenta.
A continuación os cuento la receta y os animo a prepararla, seguro que a todos los que la prueben les encanta, igual que me pasó a mi. ¡Resultó ser todo un éxito!
TARTA DE CHOCOLATE, PERAS Y REQUESÓN
INGREDIENTESPara la masa de chocolate
- 250 gr. de harina
- 100 gr.de azúcar
- 125 gr. de mantequilla fría (en cubitos)
- 2 yemas
- 2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
Para el relleno
- 200 gr. de requesón
- 250 gr. de queso mascarpone
- 60 gr. de azúcar
- Ralladura de 1 limón
- 2 huevos tamaño L
- 2 claras
- 500 gr. de peras en trocitos (ligeramente cocida)
Para la cobertura de chocolate
- 100 gr. de chocolate negro para postres
- 60 gr. de nata líquida para montar 0% M.G.
Para los chips de pera (decoración)
- 1 pera
- Azúcar
ELABORACIÓN
Primero vamos a preparar la masa de la tarta, para ello en un recipiente mezclamos la mantequilla en cubitos con el azúcar. Agregamos las yemas, el cacao y la mitad de la harina tamizada y comenzamos a mezclar con las manos.
Agregamos el resto de harina y amasamos hasta que la masa quede homogénea. Hacemos una bola y la envolvemos en papel film. Refrigeramos media hora.
Para preparar el relleno ponemos en un recipiente los dos tipos de queso, el azúcar, la ralladura de limón, los huevos y las claras y batimos con una batidora de brazo hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. A continuación agregamos la pera en trocitos y mezclamos con una cuchara.
Engrasamos un molde desmontable de 20 cm. con mantequilla y forramos el fondo con papel de horno. Estiramos la masa con ayuda de un rodillo y forramos el molde con ella.
Precalentamos el horno a 170º C.
Vertemos el relleno sobre la masa de chocolate y horneamos 1 hora. Dejamos enfriar y mientras preparamos la cobertura de chocolate. Ponemos el chocolate en trozos en un bol y vertemos sobre él la nata que hemos calentado previamente. Mezclamos bien hasta que consigamos una crema homogénea.
Dejamos que se enfríe y espese un poco. Vertemos la crema de chocolate sobre la tarta y refrigeramos al menos 2 horas o mejor si es toda la noche.
Para preparar las chips de pera con ayuda de una mandolina cortamos la pera en láminas muy finas. En un plato ponemos azúcar y pasamos las láminas de pera por el azúcar por ambas caras. Colocamos las láminas de pera sobre un papel de horno en una bandeja y las metemos al horno precalentado a 160º C. 15 minutos por cada lado.
Se van a caramelizar y quedarán prácticamente transparentes. Si las dejamos un poco más de tiempo, se quedarán más tostaditas, como si fueran patatas fritas chips.
Desmoldamos la tarta y la colocamos en un plato o en un cake stand. Decoramos con las chips de pera y con unas flores o como más os guste.
¿A que tiene un corte espectacular? A mi desde luego así me lo parece. Se puede ver la cremosidad del queso mascarpone, aligerada por el requesón, un queso menos compacto y untuoso.
Además como veis tiene gran cantidad de fruta. La pera no sólo le da un toque de sabor sino que es parte importante dentro de esta tarta.
Ya he visto algunas de vuestras recetas, y como siempre os superáis reto a reto innovando y proponiendo postres de lo más originales. Muy pronto el recopilatorio para que nadie se pierda nada.
- miércoles, octubre 25, 2017
- 9 Comments
Ya vamos volviendo poco a poco a la rutina y con ella retomamos de nuevo nuestra costumbre viajera. Me encantan estos viajes mensuales por Europa porque gracias a ellos no sólo conozco un poco mas de la gastronomía/repostería del país sino que además mi lista de destinos pendientes va creciendo y creciendo.
Algunos de estos países eran grandes desconocidos para mi, y gracias a todos estos viajes me doy cuenta de la cantidad de lugares maravillosos que existen y que todavía no conozco. Esto es lo que me ha pasado mientras me documentaba para escribir esta entrada. He descubierto un destino bellísimo, que me muero por visitar: Eslovenia, un país que se formó al independizarse de la antigua Yugoslavia en 1991.
Gran parte de este país está cubierto de bosques y parques naturales por eso es un destino ideal para los amantes de los deportes relacionados con la naturaleza: el senderismo o el trekking, el kayac, los deportes de aventura, la escalada, el ciclismo... Uno de los enclaves que no podemos perdernos es el Parque Nacional Triglav que cuenta con exuberante vegetación, lagos y glaciares y que está cercano a la frontera con Italia y Austria.
En cambio si lo que buscamos es playa debemos dirigirnos al suroeste, a la costa adriática a lugares como Piran, Izola o Koper, ciudades que invitan a pasear y disfrutar de sus puertos o la zona noreste del país, dónde existen numerosas termas naturales rodeadas de viñedos. En Maribor podemos admirar la Vid más antigua del mundo.
Su capital, Liubliana, es una ciudad tranquila, con muchas zonas peatonales que nos permiten admirar sus diferentes enclaves pintorescos mientras paseamos, y disfrutar de su Casco Antiguo que agrupa vestigios romanos, barrocos y muestras de Art Nouveau y en el que se hallan el Castillo Medieval, desde el que las vistas de la ciudad son inmejorables, la Catedral, la Iglesia de la Anunciación, el Parque Tívoli, las Marismas de Ljubljana o el Puente del Dragón que cruz el río Ljubljanica en el que podemos encontrar numerosas y animadas terrazas para tomarnos un café o una cerveza.
Otro de los atractivos de Eslovenia es la localidad de Bled, situada a menos de una hora de la capital. En lo alto de un acantilado y desde su castillo podemos admirar una preciosa panorámica del lago. En él se encuentra una isla, la Isla de la Asunción que cuenta con una iglesia del mismo nombre y a la que se puede llegar alquilando una de sus barcas típicas o "pletnas".
La cocina Eslovenia es muy variada, con marcadas influencias húngaras, austriacas y mediterráneas. Son muy famosas las sopas como por ejemplo la "sopa jota" con repollo, beicon y costillas, la "minestra" de verduras, la "stajerska kisla juha" o sopa de cerdo, patatas y cebollas.
También la pasta, está presente en esta cocina, debido a la influencia italiana y así tenemos los "zlikrofi" o ñoquis de patata o los "idrijski zlinkrofi" parecidos a los raviolis. Como platos principales de carne tenemos las populares salchichas, las de la región de Carniola o "kranjska klobasa" o las "krvavice" que son parecidas a la morcilla. El "tunka" preparado con grasa de tocino o el "obara" que es un guiso con carne, callos y verduras.
Famosa es la sal que proviene de las salinas de Piran y por ello en Eslovenia son famosos los platos de pescado en salazón como las anchoas y los salmonetes. Asimismo en cuestión de aperitivos el "Pršut" es un tipo de jamón parecido al jamón serrano y el "queso Tolminec" que proviene de la zona de Istria, es un queso que se unta previamente con aceite de oliva.
Y llegamos al capítulo dulce, a la culminación de las comidas eslovenas. Algunos de sus sabrosos postres son el "polica" que es una especie de brazo de gitano, la "Prekmurska gibanica" que es una tarta con el sello de Especialidad Tradicional Garantizada (se sigue la receta al pie de la letra) pastel distribuido en capas de hojaldre que se prepara con semillas de amapola, manzana, nueces, queso y pasas, el "struklji" que admite múltiples variantes y que cada región rellena la masa a su gusto, con ciruelas o manzanas, con queso fresco, con patata, la "torta Ljubljana" es una tarta preparada con harina de trigo sarraceno, miel, almendras, castañas, semillas de calabaza, higos y cubierta con chocolate.
Y por último el postre que he elegido y que a continuación os enseño: "la Kremna Rezina de Bled o kremšnita" pastel a base de nata, crema de vainilla y hojaldre, típico de Bled que se sigue preparando según la receta original desde hace 60 años y que compite en popularidad con el lago y el castillo de la ciudad. Ahora mismo os cuento como se prepara, ya veréis que rico.
KREMNA REZINA O KREMSNITA
INGREDIENTES- Una plancha de hojaldre rectangular
- 400 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 3 huevos tamaño L
- 150 gr. de azúcar
- 100 gr. de Maizena
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla
- 500 ml. de leche + 100 ml. de leche (aparte)
- Azúcar glacé
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 200º C.
Cortamos la lámina de hojaldre por la mitad, lo colocamos en una bandeja de horno con un papel vegetal. Lo pinchamos y lo cubrimos con otro papel vegetal y colocamos una bandeja encima (esto es para evitar que suba). Horneamos 15 minutos más o menos, hasta que esté dorado. Reservamos.
Mientras se enfría vamos a preparar la crema pastelera.
En un bol mezclamos las yemas, el azúcar, la Maizena y el resto de la leche hasta que la mezcla no tenga grumos.
En un cazo ponemos a hervir la leche con el extracto de vainilla. Cuando empiece a hervir retiramos del fuego, añadimos la mezcla anterior y ponemos a fuego medio y sin dejar de revolver, esperamos a que espese, y dejamos que hierva.
Volcamos la crema en una fuente para que se enfríe por completo y la tapamos con un papel film que esté en contacto con ella.
Montamos la nata a punto de nieve con un poco de azúcar y refrigeramos.
Para montar la tarta ponemos la crema pastelera sobre una de las capas de hojaldre y ponemos una capa de nata montada encima. La alisamos y cubrimos con la otra plancha de hojaldre.
Espolvoreamos con azúcar glacé y servimos.
¿A que tiene una pinta excepcional? Pues si el aspecto es bueno, no os podéis imaginar qué rico es el sabor. Este postre tan popular en Eslovenia, se convertirá en imprescindible en casa en cuanto lo preparéis una primera vez.
Hay que ver los postres ricos que tenemos en Europa, y muchos, como este, muy fáciles de preparar y con un resultado de 10. Estoy deseando ver los postres que nos traen mis compis de su viaje.
- domingo, octubre 15, 2017
- 10 Comments