- martes, mayo 30, 2017
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Qué suerte hemos tenido este mes de mayo, y no sólo porque los días ya son más largos y por lo tanto tenemos mucha más luz y mejores temperaturas, sino también porque nuestra cita mensual con el Reto "Alfabeto Dulce", nos ha dado la oportunidad de trabajar con dos grandes ingredientes.
Nuestras compañeras Cris del blog "Mi dulce preferido" y Joaquina de "La Cocina de los inventos" han elegido dos ingredientes de lujo: las zanahorias y el chocolate, dos ingredientes muy versátiles y que espero que hagan que este mes el recetario nos brinde gran número y variedad de recetas.
Qué os voy a contar sobre el chocolate que tantísimo juego da en la cocina en general y en la repostería en particular. Es todo un mundo conocer las diferentes técnicas, el proceso de transformación, el atemperado, las elaboraciones básicas, todas las decoraciones que se pueden hacer con él, las nuevas tecnologías aplicadas al chocolate, los instrumentos que se utilizan... Tantas y tantas cosas y sobretodo, como ya decía en la entrada anterior, no conozco a nadie que rotundamente no le guste el chocolate. Poco, mucho o algo, pero a todos nos gusta el chocolate.
Y las zanahorias no sólo dan mucho juego, y así lo hemos comprobado anteriormente en dos ocasiones en el #retoalfabetodulce (tanto en la primera como en la segunda temporada) sino que son un ingrediente que, como el chocolate, pueden emplearse tanto en recetas saladas como dulces, sobretodo en la repostería americana, de la que yo soy una apasionada.
Y no sólo me refiero al pastel de zanahoria del que yo tengo dos recetas en el blog: un naked carrot cake desnudo y con un toque rústico y el clásico pastel de zanahoria cubierto de crema de queso. Y es que hay numerosas recetas de "carrot cake". Hay algunas personas que les añaden piña o coco a la masa o como yo, manzana rallada, que aporta jugosidad al bizcocho.
También recuerdo aquellas paletas heladas de carrot cake tan "veggies" de hace un par de veranos y que con toda seguridad repetiré en breve. Como veis, ya sea solas o combinadas por ejemplo con mandarinas como en estos muffins de zanahoria y mandarina o con avellanas y toffee como en estos mini bundt cakes o con chocolate como en esta ocasión, las zanahorias tienen infinitas posibilidades.
Yo quería huir de la idea de preparar el pastel de zanahoria más clásico, por eso teniendo en cuenta que desde el mes de abril de 2015 que viajamos a Reino Unido con el reto #reposterasporeuropa, descubrí el "Pastel Battenberg", cuya receta apunté en mi lista de "TO DO", me he decidido a prepararlo para la ocasión.
Este precioso pastel de origen británico fue creado en 1884 para celebrar el matrimonio del príncipe alemán Luis de Battenberg y una nieta de la reina Victoria de Inglaterra, de ahí su nombre. Es un bizcocho ligero y esponjoso que se caracteriza por estar formado por cuatro piezas de bizcocho, que representan los cuatro príncipes de la familia, unidos entre sí con mermelada de albaricoque y cubiertos de mazapán y que al ser cortado transversalmente presenta una sección que asemeja un damero.
Aunque los colores tradicionales eran el rosa y el amarillo, actualmente podemos encontrar numerosas combinaciones de colores, ya sean conseguidos tiñendo de dos colores distintos la misma masa o combinando dos sabores y por tanto, dos ingredientes diferentes. Muy famoso en Inglaterra, se suele tomar acompañando el té de las cinco y se sirve especialmente el día de la festividad de San Jorge.
Me tenéis que perdonar porque en realidad la receta de hoy es un pastel Battenberg salvo porque las secciones que forman el damero no son cuadradas sino rectangulares. ¿Innovación? Pues no, os voy a confesar qué es lo que me pasó exactamente.
Volviendo a lo que os comentaba antes, me pareció ideal adaptar este pastel para la ocasión, preparando dos bizcochos, uno de zanahoria y otro de chocolate y así conseguir dos colores diferentes y por tanto la forma de damero clásica de la receta. Y aquí debo contaros algo. La masa del bizcocho de chocolate era bastante más ligera que la del bizcocho de zanahoria (más compacta y contundente), así que con la misma cantidad de masa, éste último subió menos.
Por lo tanto me encontré con un bizcocho que no tuve que cortar con la lira (tenía una altura de 2,5 cm. aproximadamente) y otro que había subido demasiado, unos 5 cm. Así que la altura del bizcocho no tenía remedio, "mandaba" el bizcocho de zanahoria, pero el ancho sí. Así que finalmente las secciones de mi bizcocho son de 2,5 x 3,5 cm.
Quería explicároslo para que tengáis en cuenta esto si os apetece como a mi preparar masas completamente diferentes para elaborar este postre. Hubiera sido más lógico preparar una misma masa con dos sabores y digo sólo sabores diferentes para que hubiera crecido por igual.
PASTEL BATTENBERG DE ZANAHORIA Y CHOCOLATE
INGREDIENTES
Para el bizcocho de chocolate
- 85 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 85 gr. de azúcar
- 2 huevos
- 70 gr. de harina
- 1 cucharadita de levadura
- 1 cucharada de leche semidesnatada
- 1 cucharada de cacao en polvo sin azúcar
Para el bizcocho de zanahoria
- 70 gr. de harina
- 1 huevo
- 1 cucharadita de levadura
- 60 ml. de aceite de girasol
- 60 gr. de azúcar morena
- 1 cucharadita de canela
- 75 gr. de zanahoria rallada
- 65 gr. de manzana rallada
Para la crema de chocolate
- 75 gr. de chocolate negro para postres
- 30 gr. de mantequilla
- 75 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
Para el mazapán de chocolate
- 100 gr. de almendras molidas
- 100 gr. de azúcar glacé
- 20 gr. de claras pasteurizadas
- 1 cucharadita de cacao en polvo
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180º C.
Vamos a preparar primero los bizcochos, para ello podemos utilizar dos moldes rectangulares, un molde especial para pastel Battenberg que ya tiene hechas las divisiones o un único molde cuadrado de 20 cm. que cubrimos con papel de horno haciendo un pliegue en el centro para que divida el molde por la mitad y así poder hornear los dos bizcochos a la vez (esta ha sido la opción que yo he elegido).
Para preparar el bizcocho de chocolate ponemos en un bol la mantequilla, el azúcar y los huevos y los batimos con una batidora de mano. A continuación incorporamos la harina con la levadura y el cacao (tamizada) y mezclamos con ayuda de una espátula. Añadimos por último la cucharada de leche y terminamos de mezclar bien.
Para preparar el bizcocho de zanahoria primero pelamos las zanahorias y la manzana y las rallamos. Reservamos.
En un recipiente ponemos el huevo, el azúcar moreno y el aceite y batimos con la batidora de mano. Incorporamos la harina con la levadura, tamizada y mezclamos bien. Por último añadimos la zanahoria y la manzana y mezclamos bien hasta que estén perfectamente integradas.
Vertemos cada masa en una de las cavidades del molde y horneamos de 25 a 30 minutos o hasta que insertando un palito en el centro de cada bizcocho, éste salga limpio.
Dejamos enfriar en el molde unos 5 minutos y luego pasamos los bizcochos a una rejilla para que se enfríen por completo.
Mientras se hornean los bizcochos preparamos el mazapán de chocolate, para ello en un recipiente mezclamos todos los ingredientes hasta formar una masa que no se nos pegue en los dedos. Hacemos una bola con ella, la cubrimos con papel film y la mantenemos a temperatura ambiente hasta el momento de utilizarla.
Preparamos la ganache de chocolate negro. Ponemos en un recipiente el chocolate y la mantequilla en trocitos. Calentamos la nata y antes de que hierva, la vertemos sobre el chocolate. Mezclamos bien para que se integren todos los ingredientes y quede una crema de chocolate suave.
Para montar el pastel Battenberg, cortamos los dos bizcochos al mismo nivel con ayuda de una lira. Luego cortamos dos tiras de cada uno de los bizcochos. Cada tira tendrá un ancho de unos 3 a 3,5 cm. aproximadamente.
Unimos entre sí una tira de bizcocho de chocolate con otra de bizcocho de zanahoria, para ello extendemos la ganache de chocolate con un cuchillo a modo de pegamento. Repetimos con las otras dos tiras. Ahora tenemos que juntar las cuatro tiras que hemos unido formando un damero y para ello volvemos a emplear la ganache para unirlas entre sí. Dejamos el bizcocho unos 15 minutos en el frigorífico para que se asiente.
A continuación extendemos el mazapán de chocolate con un rodillo y cubrimos con él el bizcocho. Eliminamos los recortes que sobran y cortamos una primera rebanada.
Lo presentamos en una bandeja o fuente y lo adornamos a nuestro gusto. Yo he utilizado para ello unas flores y he espolvoreado un poco de cacao en polvo por encima.
Definitivamente estoy enamorada de este pastel y aunque su elaboración no es complicada, sí es laboriosa, pero el resultado bien merece pasar entretenida una mañana de sábado como me pasó a mi el pasado fin de semana.
Estoy muy contenta con el resultado y quitando el problemilla que os he contado antes y que creo que he salvado de la mejor manera posible, he disfrutado mucho con la preparación de este emblemático pastel.
Espero que os animéis a prepararlo y que si os gusta lo compartáis para así poder llegar a más gente. Seguro que más de uno os animáis a prepararlo, no me cabe la menor duda. Y ahora a esperar a ver las recetas de mis compañeros. ¡Deseando estoy!
- jueves, mayo 25, 2017
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Ya hace un tiempo Lacasitos se puso en contacto conmigo y me ofreció la posibilidad colaborar con ellos. Me enviarían sus productos y yo prepararía recetas con ellos. Es verdad que he tardado un poco porque tenía algunas recetas pendientes de publicar y menos tiempo con las clases, pero prometo que a partir de hoy y con cierta regularidad iré publicando alguna de las recetas que tengo en mente. ¡Gracias Lacasitos por ser pacientes!
Me enviaron un surtido de lo más variado: Lacasitos mini para repostería, Lacasitos white (de chocolate blanco), Lacasitos rojos, de colores variados (los clásicos). A las niñas les encantan y por este motivo me está costando mucho que no se los coman. Les he tenido que pedir un poco de paciencia también a ellas y que esperen a que los utilice en las recetas que antes os comentaba que tengo pensado preparar.
No sé si recordáis aquellas galletas de chocolate y Lacasitos que preparé para la fiesta de solidaridad del colegio ya hace tiempo y con las que consiguieron recaudar dinero para Cáritas.
Los brownies siempre son un acierto. ¿A quién no le gusta el chocolate? Poco, mucho, algo pero no conozco a nadie que no le guste nada. Así que si unimos el chocolate negro (que es mi preferido), los Lacasitos de chocolate clásicos y las nubes o marshmallows obtenemos un brownie típicamente americano: S´Mores brownie.
Y ¿por qué digo esto? Pues porque el término S´more es la unión de dos palabras "some" y "more" que traducido viene a ser "un poco más" y con el que se bautiza este postre típico que habitualmente se hace en las hogueras nocturnas de los Boy Scouts o Girl Scouts.
Consiste en tostar una nube que hemos pinchado en una brocheta, cuando está dorada la metemos entre dos galletas Graham con una capa de chocolate y de esta manera hacemos una especie de sandwich.
Pues bien, este brownie es algo así. Esta formado primero por una base de galletas, a continuación el brownie propiamente dicho y finalmente está coronado con una capa de mini marshmallows y rematado con muchossss Lacasitos.
BROWNIE S´MORES CON LACASITOS
INGREDIENTES
Para la base de galleta
- 10 galletas Digestive o 130 gr. de migas de galleta aproximadamente
- 75 gr. de mantequilla derretida
Para la masa del brownie
- 120 gr. de mantequilla
- 85 gr. de chocolate puro troceado
- 225 gr. de azúcar
- 2 huevos tamaño L
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- ½ cucharadita de levadura
- ¼ de cucharadita de sal
- 75 gr. de harina
Para el topping
- 2 tazas de mini marshmallows
- ¼ taza de Lacasitos
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 165 º C.
Forramos un molde desmontable cuadrado de 22 x 22 cm. con papel de horno y lo engrasamos con mantequilla. Reservamos.
Con un procesador de alimentos trituramos las galletas, las ponemos en un tazón y añadimos la mantequilla derretida. Mezclamos bien y vertemos las migas en el molde. Extendemos presionando sobre el fondo con los dedos o ayudándonos con una cuchara. Horneamos 20 minutos.
Sacamos del horno y subimos la temperatura a 175º C.
Ponemos el chocolate troceado y la mantequilla en un recipiente y los derretimos en el microondas en intervalos de 30 segundos hasta que ambos ingredientes estén perfectamente combinados. Dejamos enfriar un poco.
En un recipiente mediano, batimos el azúcar, los huevos, la vainilla, la levadura y la sal. Añadimos la mezcla de chocolate y seguimos batiendo hasta que esté suave. Añadimos la harina y mezclamos hasta que se combine integre perfectamente.
Vertemos la masa del brownie sobre la corteza de galletas. Horneamos de 25 a 30 minutos o hasta que insertando un palito en el centro, éste salga limpio. Retiramos del horno y lo apagamos.
Extendemos los mini marshmallows sobre el brownie y agregamos los Lacasitos por encima. Volvemos a meter en el horno de 5 a 10 minutos, hasta que las mini nubes se hayan ablandado.
Retiramos del horno y dejamos enfriar por completo en el molde. Desmoldamos y cortamos el brownie en cuadrados y los colocamos en una fuente para servir.
Mis compañeros estaban como niños con zapatos nuevos porque el brownie casi en su totalidad lo llevé para desayunar en clase, un día de la semana pasada. ¡Fue un éxito! No sobró ni un sólo trozo y a todos les encantó.
He de reconocer que lo que menos me gusta de este postre es lo pegajoso que es y lo que cuesta cortar los trozos (las nubes se deshacen y se pegan al cuchillo), así que si queréis un truco os recomiendo que untéis un poco de mantequilla en el cuchillo. Por este motivo preferí llevar los trozos precortados y que cada uno fuera cogiendo el suyo para que así todo fuera más fácil.
Esperan ansiosos el próximo postre con Lacasitos, así que... TO BE CONTINUED...
- lunes, mayo 22, 2017
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De nuevo tenemos una cita con el reto #reposterasporeuropa y volvemos a una zona que ya hemos visitado con anterioridad en nuestros viajes a Letonia y Lituania, pero en esta ocasión viajamos más al norte. Este mes nuestro destino es Estonia.
Estonia es una de las tres repúblicas bálticas que se separó de la URSS en el 91 y que a raíz de esa separación abrió al mundo su cultura, con grandes lazos históricos y culturales con los países nórdicos y más concretamente con el pueblo finés, y así incrementó con ello su turismo.
Es un país bañado por el frío mar Báltico con un litoral recortado, compuesto por costas bajas y escarpados acantilados y además cuenta con numerosas islas. Llano en su interior con extensos bosques que forman parques naturales y con gran cantidad de lagos. Es por todo esto que Estonia también es un destino de turismo ecológico.
Tallín, la ciudad donde hoy aterrizamos, es su capital y está situada al norte del país. Esta ciudad medieval amurallada, declarada "Patrimonio de la Humanidad" por la UNESCO, está formada por numerosos edificios y rodeada por una muralla. Pasear por su casco antiguo es una maravilla. Está divida en dos partes: la parte alta donde vivían los nobles y la parte baja que es donde vivía el "pueblo", ambas con un encanto especial.
En la ciudad baja no podemos dejar de visitar la Plaza del Ayuntamiento o (Raekoja Plats), plaza que en verano se llena de animadas terrazas y en invierno alberga el tradicional mercado navideño y el Ayuntamiento (Raekoja), edificio gótico coronado por una veleta conocida como "Viejo Tomás", sobre la que la historia cuenta una leyenda y que se ha convertido en el símbolo de la ciudad.
En una esquina de esta plaza también podemos encontrar la farmacia más antigua de Europa o (Raeapteek) y muy cerca, la Iglesia del Espíritu Santo con su precioso reloj y las Iglesias de San Nicolás, que funciona como sala de conciertos y San Olaf que en la Edad Media era el edificio más alto de Europa.
Mientras visitamos todos estos edificios nos adentraremos en la ciudad de Tallín y en sus encantadores rincones que descubrimos a medida que vamos paseando por sus calles de casas medievales llenas de artesanos, galerías de arte, confiterías...
En la Ciudad Alta (Colina Toompea a la que se puede acceder a través de dos calles, Pierna Larga (Pikk Jaig) y la calle de escaleras Pierna Corta (Lühike Jaig), podemos visitar la Catedral Ortodoxa rusa de Alejandro Nevsky de preciosas cúpulas y con su interior decorado con mosaicos e iconos, el Parlamento situado en frente o la Catedral de Santa María (Toomkirik).
También merece la pena destacar los restos de sus murallas medievales que cuentan con 20 torres defensivas y dos puertas de entrada y que rodean la ciudad antigua. Desde los miradores que hay en la parte alta se pueden admirar bonitas vistas de la ciudad de Tallín y de las murallas.
En cuanto a su gastronomía, es sencilla, basada en la carne de cerdo, el pescado y las hortalizas, acompañadas de pan negro generalmente. Son típicas las sopas como la de salchichas, patatas y jamón o "seljanka" y guisos de legumbres o también los "zakuski" o entremeses variados. Algunos platos típicos el "mulgikapsad" o carne de cerdo acompañada de col agria y patatas, los "pirukas" o pasteles rellenos de carne con zanahorias o el pescado ahumado como la trucha o "forell" o el salmón o "suitsülohe".
En Tallín podemos degustar los famosos chocolates y mazapanes Kalev cuya fábrica se remonta a hace más de 200 años. En Kalev Chocolate Factory, podemos encontrar todo tipo de bombones, barras de chocolate y cajas con diferentes variedades de mazapanes decoradas con imágenes de Tallín, ideales para regalar.
En cuanto a las especialidades de la repostería estona, encontramos el "kringle" o especie de roscón de Reyes báltico, el "kohuke" o barrita de chocolate rellena de queso quark, "kardemumma kaka" o pastel de cardamomo, "kräsupea kook" o tarta de cerezas con chocolate y crema agria, o el "semla" que es un bollo tradicional relleno de crema de leche, entre otras.
Después de investigar he decidido preparar un "turbakook" (peat cake) o pastel de turba y que os enseño a continuación.
TURBAKOOK O PASTEL DE TURBA
INGREDIENTES
Para la corteza
- 200 gr. de harina
- 120 gr. de mantequilla fría en trocitos
- 2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
- 2 cucharadas de azúcar
Para el llenado
- 600 gr. de queso cottage (requesón)
- 150 gr. de yogur griego
- 150 gr. de azúcar
- 2 huevos
- 2 cucharadas de Maizena
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180° C. Engrasamos un molde desmontable de 20 cm. y forramos la base con papel de horno..
En un recipiente combinamos la harina, el cacao en polvo y el azúcar y le añadimos la mantequilla en trocitos. Los mezclamos con la mano hasta que se formen migas. Reservamos.
Batimos los huevos con el azúcar en la batidora de pie hasta que la mezcla sea espumosa unos 10 minutos. En un recipiente aparte mezclamos bien el queso cottage y el yogur griego y lo incorporamos a la mezcla de huevo.
Por último agregamos la Maizena y mezclamos bien hasta que se integre por completo.
Extendemos la mitad de las migas sobre el fondo del molde presionando bien. Vertemos el relleno de queso encima y por último extendemos el resto de migas sobre el relleno de queso.
Horneamos de 50 a 55 minutos. Apagamos el horno y dejamos la puerta entreabierta para evitar que haya una pérdida de temperatura brusca. Sacamos el pastel del horno y dejamos que se enfríe por completo a temperatura ambiente.Refrigeramos toda la noche si es posible.
Al día siguiente lo desmoldamos y lo presentamos en un plato o cake stand.
Este pastel de queso es diferente a los cheesecakes que estamos acostumbrados a tomar, por su textura. Se prepara con queso cottage o queso de granja (tipo requesón) porque es más seco y granulado. Yo lo encontré en una gran superficie pero si no lo tenéis a mano podéis utilizar ricotta o queso fresco para dar una textura parecida a la tarta.
El nombre que recibe este pastel es porque su parte superior de migas de chocolate, se asemeja a la turba o carbón vegetal. Luego su interior nos sorprende con un sabor diferente, quizás un poco salado y que le da a este postre un sabor muy particular.
Espero que mis compañeras de viaje hayan disfrutado tanto como yo de este destino y que vuelvan cargadas de recetas dulces maravillosas. ¡Seguro que sí!
- lunes, mayo 15, 2017
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