Ya os venía avisando desde hace un par de meses y en marzo, hemos agotado la última letra del abecedario. Han sido veintisiete meses, veintisiete letras, veintisiete ingredientes y muchas participaciones. Amigos y compañeros que empezaron este reto y aún continúan, otros que se fueron y que por supuesto están invitados a volver cuando quieran.

¡¡Se acabó!!

Que sí, que esta primera vuelta del Reto "Alfabeto Dulce" ha llegado a su fin con este último ingrediente elegido por nuestra compi Bea del blog "Sweet Cookies by Bea". Hoy cocinamos con espéculos o spéculoos, con las galletas o con la mezcla de especias, que también vale, incluso también se pueden preparar spéculoos caseros, que algunas de vosotras os habéis decantado por esta opción.


Los spéculoos son unas galletas especiadas típicas de la época de Adviento y Navidad, tradicionales en Bélgica, Holanda donde se conocen con el nombre de speculaas, Alemania (spekulatius) y también en el norte de Francia. Se pueden encontrar en los típicos mercados navideños de estos países.

Son unas galletas muy aromáticas, finas, crujientes y compactas, elaboradas a base de azúcar moscabada que es un azúcar de caña integral no refinada que contiene una gran cantidad de melaza lo que confiere a estas galletas un sabor muy particular complementado por las especias que contiene su masa.


La mezcla de especias para spéculoos se puede comprar ya preparada o bien prepararla nosotros mismos en casa. Siempre se pueden modificar las cantidades de las especias o incluso prescindir de alguna de ellas si no os gustan (yo por ejemplo no puedo con el clavo), pero para que os hagáis una idea os voy a dejar las proporciones habituales por si queréis preparar un botecito y tenerlo siempre a mano, que viene muy bien.

• 8 cucharaditas de canela en polvo
• 2 cucharaditas de clavo de olor
• 1 y ½ cucharaditas de nuez moscada rallada
• 1 cucharadita de jengibre en polvo
• ½ cucharadita de cardamomo (semillas interiores)
• ½ cucharadita de pimienta blanca

Tenemos que convertir en polvo todas las especias juntas (algunas ya lo están) con un mortero, un molinillo o una picadora y luego pasarlas por un colador para que la mezcla sea homogénea. Las guardamos en un frasquito y ya tenemos nuestra mezcla de especias de spéculoos lista para usar en cualquier momento.


La tienda Dandoy es el lugar de referencia de las galletas spéculoos belgas y al igual que os comentaba acerca de las chocolaterías de la Grand Place en la entrada correspondiente a Bruselas, del reto #reposterasporeuropa organizado por mi compi Pili, también os recomiendo visitar está tienda situada también en esta famosa plaza.


Para la ocasión he preparado unas natillas utilizando tanto las galletas spéculoos (de la marca Lotus) muy fáciles de conseguir en supermercados, como la crema de spéculoos de la misma marca. Si las galletas están buenas la crema es para comérsela a cucharadas os lo advierto. Además el toque de manzana caramelizada le va que ni pintado.

Una receta sencilla y sabrosa, que sé seguro que os va a encantar y que es una manera de darle un aire distinto a las natillas tradicionales, que a mi particularmente me encantan. A ver qué os parece mi propuesta.

NATILLAS DE SPÉCULOOS CON MANZANA CARAMELIZADA

INGREDIENTES (5 vasitos)

Para las natillas

• 750 ml. de leche semidesnatada
• 60 gr. de azúcar moreno
• 3 yemas de huevo
• 100 gr. de crema de spéculoos
• 1 cucharadita de Maizena

Para la manzana caramelizada

• 2 manzanas pequeñas
• 25 gr. de mantequilla
• 1 cucharada de azúcar moreno

Para la chantilly de spéculoos

• 200 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
• 50 gr. de queso mascarpone
• 1 cucharada de crema de spéculoos
• Galletas spéculoos (migas)

ELABORACIÓN

Primero preparamos la manzana caramelizada.

Pelamos la manzana, la cortamos en cubitos y la ponemos en un plato. Distribuimos la mantequilla en trocitos por encima y espolvoreamos con azúcar moreno. Tapamos el plato y lo introducimos en el microondas 6 minutos a máxima potencia. Reservamos.

En un cazo ponemos la leche a fuego medio junto con la crema de speculoos revolviendo de vez en cuando para que se integre perfectamente. Antes de que hierva retiramos del fuego y dejamos que se temple.

En un recipiente aparte batimos las yemas con el azúcar y añadimos la cucharadita de Maizena. Mezclamos bien.

Ponemos al fuego la leche, cuando ésta vaya a hervir, añadimos las yemas con la Maizena poco a poco sin dejar de batir con unas varillas hasta que la crema espese, con cuidado que no llegue a hervir. Retiramos del fuego.

No debemos dejar que hierva, ni añadir las yemas de golpe en la leche para que no baje la temperatura de golpe porque se nos podrían cortar las natillas.


Para montar el postre, ponemos dos cucharaditas de la manzana caramelizada en el fondo de los vasitos y rellenamos con las natillas. Dejamos enfriar a temperatura ambiente antes de adornar con la chantilly de speculoos.

Para preparar la chantilly, batimos la pasta de speculoos con el queso mascarpone,  añadimos la nata líquida y mezclamos bien. Ponemos en el congelador 20 minutos y montamos con ayuda de unas varillas eléctricas.

Llenamos una manga con la nata montada y adornamos con ella los vasitos. Espolvoreamos con unas migas de speculoos.


Para ser el último reto de esta primera vuelta, no ha estado mal ¿verdad? Yo desde luego este postre pienso repetirlo porque ha tenido un éxito...  Ni las migas han dejado, nunca mejor dicho.


Y con esta receta clausuramos la I Temporada del Reto "Alfabeto Dulce". En los próximos días inauguramos segunda vuelta. Todavía estoy pensando cómo dejar definitivamente el reto en su próxima temporada: dejarlo igual, incorporar novedades...

Ya veremos qué se me ocurre en estos días. Continuará...

Cuando a mi se me mete una cosa en la cabeza, no paro hasta que no la consigo o hasta que no logro llevarla a cabo. Os cuento ésto, porque está relacionado con la entrada de hoy y ahora os voy a explicar por qué.

En algunas publicaciones que leo habitualmente, en blogs o incluso en tiendas, últimamente había observado la gran cantidad de tipos de harinas que existen. Además de un tiempo a esta parte, la cultura del pan se ha puesto de moda y ahora podemos encontrar diferentes tipos de panes, así como bizcochos elaborados con harinas diferentes a las que antes estábamos acostumbrados.


En Noviembre fui con un grupo de amigos bloggers a la feria Biocultura aquí en Madrid y cuando iba paseando por uno de los pasillos, me ofrecieron un muffin, que yo pensaba era de chocolate. Ante semejante ofrecimiento ya sabéis que es imposible resistirse, así que lo probé sin pensármelo dos veces.

Ya sé que llego con un poco de retraso este mes a nuestra cita con el reto de #reposterasporeuropa, pero es que aunque tenía todo preparado, perdí el vuelo y me he tenido que quedar esperando en el aeropuerto hasta que saliese el siguiente.

Afortunadamente y a pesar de haber cogido el avión un poco más tarde, os puedo enseñar mi propuesta croata en forma de pastel de queso. Os va a gustar seguro, porque aparte de ser sencillo de preparar, es de esos pasteles que nos ofrece la posibilidad de utilizar diferentes tipos de quesos en su elaboración,


Este postre es uno de los muchos pasteles tradicionales croatas, originario de la isla rocosa de Krk, que se encuentra en la parte superior del Adriático, cerca de la península de Istria. Es un postre de aspecto rústico y lo que le hace único es el tipo de queso que se utiliza para su elaboración y que sólo se da en esta zona.


Es un queso local elaborado con leche de cabras o de ovejas con un sabor especial que le confieren los pastos ricos en sodio que comen los animales. Se encuentra a medio camino entre el queso feta y el queso manchego, aunque no es tan salado como el primero, pero si tiene la cremosidad del segundo.