- jueves, junio 30, 2016
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Un año más ha llegado el verano y con él, el calor, los mosquitos, las noches sin dormir, los aires acondicionados a tope y como no, los helados. Y no es que el resto del año no los podamos tomar, pero no es lo mismo.
Yo cierro la temporada de helados a finales de septiembre, guardo la heladera en la caja y la bajo al trastero y es ahora en junio cuando la recupero y la pongo en marcha de nuevo. En casa funciona cuatro meses, pero ¡qué manera de funcionar! El resto del año está olvidada en las profundidades del trastero pero, es sacarla y no parar.
Es verdad que en casa preparamos helados que ni siquiera subo al blog, básicamente porque no da tiempo a hacer las fotos, literalmente vuelan del congelador y otras veces sinceramente no me apetece montar el “tinglado fotográfico” y estresarme porque mientras cambio el"atrezzo", los helados empiezan a derretirse.
Seguimos por tercer mes consecutivo con los ingredientes a pares para el Reto “Alfabeto Dulce”. Este mes las encargadas de elegir sendos ingredientes han sido Leire del blog “La hondonada de los dulces” que ha optado por los plátanos y Magdalena del blog "Dulces Postres Magdalena” que ha elegido el dulce de leche.
Hemos tenido suerte porque el dulce de leche ya fue elegido en septiembre de 2014, pero al ser el ingrediente secundario de esta segunda vuelta, no hay problema en repetirlo. Menos mal porque combina a la perfección con los plátanos. Creo que los ingredientes de este mes casan a la perfección entre sí.
Sí os digo la verdad yo me empecé a aficionar al dulce de leche por mi amiga Viviana que es argentina y en su país son grandes consumidores del dulce de leche, también llamado manjar o cajeta. Recuerdo los primeros alfajores que probé y las “facturas” (croissants) rellenas de dulce de leche. Pero el dulce de leche se utiliza en muchos otros postres como para acompañar helados, tortitas, panqueques y para rellenar tartas y bizcochos.
Además tengo varios tarros de dulce de leche en casa que amablemente me envió Márdel para que los probara y con los que he ido preparando algunos postres, en esta ocasión con la variedad de dulce de leche light. ¡Riquísimo!. Gracias otra vez por el detalle, Márdel.
Mi mami me contaba que cuando eran pequeños ponían los botes de leche condensada al baño maría para que se cociera y así conseguían el dulce de leche casero que tomaban para merendar extendiéndolo sobre el pan. ¡¡Qué merienda más rica!!
Para este reto, en un principio pensé (lo pensé en el primero moomento, después de saber los ingredientes) en preparar un “banoffee pie” que es un postre delicioso, que siempre lo he tomado fuera de casa y que mi hija mayor probó no hace mucho y le encantó. Pero imaginé que sería la primera opción para casi todo el mundo, así que cambié de opinión.
Volviendo al principio de esta entrada y recordando esas heladerías típicas de la costa mediterránea que visitaba cuando era pequeña, en vacaciones con mis padres y que a mi particularmente me flipaban por la gran variedad de copas de helado, a cual más grande y con más adornos, me he acordado de todo un clásico: “la copa banana Split” y la he convertido en tarta. A ver qué os parece.
BANANA SPLIT ICE CREAM CAKE
INGREDIENTES
Para el relleno de fresa
- 80 gr. de fresas picadas
- 1 cucharada de agua
- 2 cucharadas de azúcar
- ½ cucharada de Maizena
- Colorante rosa (opcional)
Para las capas de helado
- 225 gr. de queso crema
- 110 gr. de azúcar
- ½ cucharadita extracto de vainilla
- 400 ml. de nata líquida
- 55 gr. de azúcar glacé
- 2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
Para el resto de la tarta
- 4 plátanos, en rodajas
- 4 cucharadas de dulce de leche
- 1 puñados de nueces picadas
- ¼ taza de piña triturada (escurrida)
- 100 ml. de leche de almendras
- 1 chorro de licor (opcional)
Para la decoración
- Dulce de leche light Márdel
- Cerezas confitadas
- 125 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 2 cucharadas de azúcar
- Crocanti de almendras
- Fresas en trocitos, piña en trocitos
ELABORACIÓN
Forramos un molde rectangular con papel film. Reservamos.
Preparamos el relleno de fresa, para ello trituramos las fresas y las ponemos a fuego medio-fuerte en un cazo con el agua, el azúcar y la Maizena, revolviendo constantemente hasta que empiecen a hervir y la crema vaya espesando. Bajamos el fuego y dejamos cocer 2 minutos. Retiramos del fuego y dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Batimos el queso crema con el azúcar hasta que la mezcla quede suave. Añadimos la vainilla y seguimos batiendo hasta que se integre.
En otro recipiente montamos la nata con el azúcar hasta que forme picos duros.
Incorporamos la nata montada en la crema de queso y mezclamos bien con ayuda de una espátula con movimientos envolventes.
Dividimos la base de crema en dos partes iguales en dos recipientes. En uno de ellos añadimos el cacao en polvo y mezclamos bien hasta que esté perfectamente integrado.
En el otro recipiente añadimos el relleno de fresas y mezclamos también hasta su total incorporación. Reservamos.
Para montar la tarta, primero colocamos una capa de rodajas de plátano en el fondo del molde.
Extendemos la crema de fresa con ayuda de una espátula para que la superficie quede lisa.
Ponemos otra capa de rodajas de plátano sobre la crema de fresa.
Echamos un poco de dulce de leche por encima de los plátanos, añadimos la piña triturada y unas nueces picadas.
A continuación extendemos la capa de crema de chocolate y la alisamos con una espátula.
Para finalizar remojamos los bizcochos de soletilla en un poco de leche a la que le hemos añadido nuestro licor preferido (esto es opcional) y cuando estén un poco empapados los escurrimos y los colocamos en la parte superior del molde.
Cubrimos con papel film y metemos el molde en el congelador al menos de 4 a 5 horas.
Desmoldamos sobre una fuente y adornamos con unas rosetas de nata montada y unas cerezas en almíbar.
Echamos unas fresas picadas por encima, un poco de dulce de leche y un crocanti de almendras.
Metemos en el congelador hasta el momento de servir.
Con el calor que hacía anoche decidí que en vez de cenar iba a tomar un trozo de tarta helada, porque os diré que ayer a las ocho de la tarde estaba haciendo las fotos...
Bueno, bueno, bueno, no os puedo explicar lo buenísima que está la tarta. La combinación del plátano con la piña y los dos sabores de helado es deliciosa.
En esta época estos son los postres que más apetecen, postres fresquitos y ligeros, así que en cuanto tengáis oportunidad, os recomiendo que preparéis esta versión en tarta del famoso "banana split". No os vais a arrepentir.
Estoy deseando ver los postres que habéis preparado para este #retoalfabetodulce, el primero de este verano que promete ser muy caluroso.
- sábado, junio 25, 2016
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La primera vez que probé esta tarta fue en un restaurante en Majadahonda, que es la ciudad donde yo vivo. En la carta de postres leí "Tarta de la leche" y me llamó la atención, así que la pedí y desde luego corroboré que el nombre la definía a la perfección porque estaba riquísima.
La siguiente vez la tomé en casa de mi querida amiga Mariana de The Cake Queen, en una cena que nos preparó, toda compuesta por productos de su tierra, de Venezuela y se confirmó lo que ya tenía claro desde que la probé por primera vez: no podía quedarme con las ganas de prepararla en casa.
El origen del pastel de tres leches no está muy claro y es que pasa lo de siempre: cuando un postre es tan rico como este pastel, todos quieren apuntarse el tanto de su autoría. La mayoría de los historiadores dicen que proviene de Nicaragua, otros dicen que su origen está en México, pero en lo que coinciden la mayoría es que esta receta se originó en algún lugar de América Latina.
Parece ser que una conocida compañía productora de leche enlatada, Nestlé, realizó una campaña promocional para aumentar sus ventas y potenció la elaboración de esta tarta. Esto puede haber sido hacia finales del siglo XIX o principios del XX, ya que la primera vez que estuvieron disponibles la leche condensada y la evaporada fue en las décadas de 1850 a 1870.
Los tres ingredientes principales para preparar el pastel o tarta de tres leches son, como su propio nombre indica, tres leches: la leche evaporada, la leche condensada y la crema de leche o nata líquida. Éstas se combinan y con la mezcla se baña el bizcocho, que adquiere una textura húmeda sin ablandarse demasiado.
Bajo la denominación "tres leches" existen varios acabados, sabores y texturas. Suele acompañarse con merengue, espolvoreado con canela en polvo. También puede añadirse chocolate a la decoración y rellenarse con fruta natural, mousses de diferentes sabores, flan o nata montada.
Investigando, he descubierto que existe otra tarta muy similar, de chocolate, que se llama "el negro encamisado o negro en camisa" que consiste en un bizcocho de chocolate bañado con una crema inglesa ligera y que es típicamente venezolano. ¡Qué gracia me ha hecho el nombre! Me encanta descubrir todas estas cosas mientras investigo aquí y allá sobre algún postre que me gusta.
Y ya para rizar el rizo, también he descubierto que existen pasteles "cuatro leches" y "cinco leches". A los primeros se les agrega, dependiendo del lugar, dulce de leche o leche entera a la mezcla de las tres leches y a los segundos además, leche de coco que es muy abundante en América Central.
El pastel de tres leches es particularmente popular en Nicaragua, Venezuela, México, Cuba, Puerto Rico y Guatemala.
La receta es todo un clásico al que yo he incorporado las naranjas sanguinas que le dan un toque cítrico y fresco a la vez, y que espero que os guste.
NAKED CAKE "TRES LECHES" CON NARANJAS SANGUINAS
INGREDIENTES
Para los bizcochos
- 110 gr. de harina para todo uso
- 1 y ½ cucharaditas de levadura
- ¼ cucharadita de sal
- Ralladura de 2 naranjas
- 5 yemas de huevo
- 5 claras de huevo
- 170 gr. de azúcar + 55 gr. de azúcar
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 80 ml de leche entera
Para el sirope “tres leches”
- 340 gr. de leche evaporada
- 395 gr. de leche condensada
- 65 ml. de nata líquida
- El zumo de 1 naranja sanguina
Para el frosting de vainilla
- 340 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 y ½ cucharaditas de extracto de vainilla
Para el caramelo de naranja sanguina y para decorar
- El zumo de 2 naranjas sanguinas
- 4 cucharadas de azúcar
- 2 naranjas
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180º C y engrasamos 3 moldes desmontables de 16 cm.
En un recipiente tamizamos la harina, la levadura y la sal. Añadimos la ralladura y reservamos.
En el cuenco de una batidora eléctrica, batimos las yemas con los 170 gr. de azúcar a velocidad alta hasta que blanqueen. A continuación, añadimos la vainilla y la leche entera. Vertemos suavemente la mezcla de las yemas sobre la mezcla de harina y mezclamos hasta que la masa sea homogénea.
En el tazón de la batidora de pie añadimos las claras de huevo y las montamos a punto de nieve batiendo a velocidad alta hasta que se formen picos suaves. Añadimos el azúcar y bajamos un poco la velocidad y seguimos batiendo hasta que las claras estén firmes.
Añadimos las claras a punto de nieve en la masa y mezclamos con movimientos envolventes teniendo cuidado que no se bajen las claras. Dividimos la masa en tres partes y la vertemos en cada uno de los moldes.
Horneamos durante 25-30 minutos o hasta que al introducir un palillo en el centro del bizcocho, éste salga de limpio.
Dejamos que los bizcochos se enfríen por completo sobre una rejilla. Cuando los bizcochos están fríos los pinchamos con un tenedor.
En una taza medidora grande mezclamos la leche condensada, la leche evaporada, la nata líquida y el zumo de naranja.
Vertemos poco a poco con ayuda de una cuchara la misma cantidad de mezcla de “tres leches” sobre cada uno de los bizcochos y dejamos que la vaya absorbiendo. A continuación refrigeramos durante una hora para que cojan cuerpo antes de montar el naked cake.
Mientras preparamos el frosting de vainilla para ello montamos la nata con el azúcar y la vainilla con ayuda de una batidora de brazo, hasta que se formen picos duros.
Para montar el pastel, colocamos la primera capa de bizcocho sobre un plato o cake stand. Cubrimos con una capa de crema de vainilla y la extendemos. Con cuidado colocamos el siguiente bizcocho y cubrimos con otra capa de frosting. Al extenderlo sobresaldrá algo de crema por los lados, esto lo extenderemos cuando tengamos todas las capas del pastel colocadas. Por último ponemos el último bizcocho y una última capa de crema de vainilla. Refrigeramos.
Preparamos un jarabe o caramelo poniendo en un cazo el zumo de naranja sanguina con el azúcar. Llevamos a ebullición y bajamos el fuego. Dejamos hervir 10 minutos hasta que vaya espesando. Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.
En el momento de servir adornamos el naked cake con dos tipos de naranjas cortadas en segmentos y las bañamos con el caramelo.
Os va a encantar, os lo aseguro porque no he visto pastel más jugoso que este, además de tener una textura aterciopelada y un sabor delicioso.
Estoy deseando animarme e incorporar algún ingrediente más de los que os contaba antes, porque me imagino cómo tiene que estar esta tarta añadiéndole leche de coco y sólo de pensarlo se me hace la boca agua.
Ya me contaréis qué os parece la versión que os propongo. Siempre podéis prescindir de las naranjas si queréis el sabor tradicional de las tres leches.
- lunes, junio 20, 2016
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Ya hace más de dos años desde que cogimos el primer avión de #ReposterasPorEuropa con destino a Suiza y desde entonces hemos compartido recetas y experiencias de todos los viajes que hemos realizado en estos más de veinticuatro meses.
No sé vosotros, pero yo, el mes pasado en un principio, me llevé un disgusto enorme cuando Pili, nuestra anfitriona del blog "Tothom a la cuina", nos comunicó que no podía continuar con este reto que tan buenos sabores de boca nos deja todos los meses. Me dio mucha pena porque es un reto que me encanta, ya que nos obliga a documentarnos y con el que todos aprendemos acerca de las costumbres, gastronomía y tradiciones de los países que vamos visitando.
Entiendo que un reto, al igual que un blog, es como un bebé que nos demanda mucho tiempo y que muchas veces nos cuesta compaginarlo con nuestro día a día. Como le decía a ella sé que es una decisión difícil, aunque meditada, máxime cuando este reto ha tenido siempre una acogida fantástica desde el principio, y la sigue teniendo. Por eso tengo que darle las gracias a Isabel del blog "Gotas de Azúcar y Vainilla", por continuarlo y así poder seguir disfrutando todos los meses de dos de mis aficiones preferidas: la repostería y viajar.
Este mes viajamos a Dinamarca, país que no conozco y que tengo de los primeros en mi lista de próximos destinos. Tengo ganas de visitar Copenhague, una de las capitales más ecológicas del mundo y la más acogedora del norte de Europa, llena de cafés y con los mejores restaurantes de los países escandinavos. Es una perfecta combinación entre tradición y modernidad.
También en Copenhague podemos encontrar el mejor restaurante del mundo elegido durante 4 años de manera consecutiva: Noma, una mezcla de las palabras "Nordic" y "Mad" (comida en danés).
El smørrebrød o "sandwich abierto" es la comida más famosa de Dinamarca, y se sirve en la mayoría de restaurantes de Copenhague. Se trata de unas rebanadas de pan de centeno untadas con mantequilla y acompañadas por fiambre o arenque ahumado. También se sirve con salmón o anguila acompañados de pepinillos, huevo duro, queso y lechuga. Al ser el plato nacional por excelencia, según el tipo de local, podemos encontrarlo en su versión más sencilla o en la más sofisticada.
La gastronomía danesa nos ofrece una gran número de postres a los que es difícil resistirse. Tenemos el Karamelrand med is que es un flan de huevo muy parecido al clásico flan español, el Wienerbrød o masa de hojaldre rellena de almendras y canela, Citronfromatge un postre típico de Navidad a base de nata y limón, los Ebleskivers o bolas de panqueque, las típicas galletas danesas de mantequilla que todos conocemos o el postre que he preparado en esta ocasión y que a continuación os cuento.
El ris a la mande, nombre que proviene del francés ris à l´amande, signfica arroz con almendras. Es un postre tradicional danés que es ni más ni menos que la versión nórdica de nuestro arroz con leche de toda la vida y que se sirve en Navidad y Fin de Año para poner el broche final a las comidas de estas celebraciones.
La versión danesa se prepara hirviendo primero el arroz en agua y después echándolo en la leche. Una vez listo se mezcla con nata montada, vainilla y almendra picada y suele tomarse frío con una salsa de cerezas.
Pero ahí no acaba todo. Se esconde una almendra entera en el arroz con leche antes de servirlo y la persona que se la encuentra tendrá buena suerte para el año que comienza. Además a veces, recibe un premio, esto es en lo que consiste el juego, que se convierte en el momento más esperado de la comida, sobre todo por los más pequeños de la casa, por eso suele ser habitual que los adultos escondan la almendra en la parte del arroz destinado a los niños.
Además, en Nochebuena los niños daneses suelen dejar unos platos de ris a la mande en la cocina de sus casas para tentar a los elfos que acompañan a Papá Noel, para que les dejen los mejores regalos. Esto es un chantaje en toda regla diría yo, jajajajaa.
RIS A LA MANDE
INGREDIENTES
- 1,5 litros de leche semidesnatada
- 200 gr. de arroz (tipo bomba o redondo)
- Una pizca de sal
- Una rama de canela (opcional)
- 120 gr. de azúcar
- 1 vaina de vainilla
- 200 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 1 almendra entera
- Almendras fileteadas
- Salsa de cerezas o mermelada de cerezas
ELABORACIÓN
En un cazo ponemos la leche, el azúcar, la canela, la sal y las semillas de la vaina de vainilla. Llevamos a ebullición. Colamos la leche para eliminar los restos de canela y volvemos a poner la leche en el cazo.
Añadimos el arroz y bajamos el fuego. Cocinamos el arroz a fuego lento unos 40 minutos aproximadamente revolviendo de vez en cuando para que no se pegue, con cuidado que no se rompan los granos.
[He preparado el arroz como lo hago habitualmente, cociéndolo en la leche y no como se hace en Dinamarca, cociéndolo primero en agua].
Retiramos del fuego, volcamos el arroz en un recipiente y dejamos enfriar por completo. Cuando está frío refrigeramos toda la noche para que adquiera consistencia y espese.
Montamos la nata y la añadimos al recipiente del arroz. Añadimos la almendra entera y con ayuda de una espátula mezclamos con movimientos envolventes.
Calentamos un poco la salsa o la mermelada de cerezas. Llenamos unos cuencos individuales con puding de arroz, añadimos por encima unas cucharaditas de salsa de cerezas y decoramos con unas almendras fileteadas y una cereza entera.
Si en casa el arroz con leche nos gusta, el arroz con leche danés nos encanta. La nata montada hace que la textura sea todavía más suave si cabe y la combinación con la salsa de cerezas es extraordinaria.
Ahora lo que tengo es ganas de probarlo in situ, en Copenhague, por ejemplo en algún restaurante del puerto de Nyhavn, admirando una vista característica, de sus barcos, terrazas y fachadas de colores, que son parte de la iconografía de la ciudad danesa.
- miércoles, junio 15, 2016
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Será porque mi mami se llama Magdalena, que por eso me gustan tanto... Síiiiii, hoy, aprovechando las últimas fresas de la temporada, os traigo unas magdalenas o madeleines que es como se las conoce en Francia.
Las magdalenas son unos bollos esponjosos que generalmente tienen forma de concha. No hay que confundir las magdalenas españolas con las francesas ya que las españolas tienen una forma similar a los muffins y las francesas adoptan formas diversas.
Los ingredientes en ambas son los mismos: se utilizan huevos, harina, levadura, mantequilla y ralladura de limón, pero en las francesas los huevos se baten mucho hasta que aumentan su volumen o incluso se separan y se montan las claras a punto de nieve para que aporten mayor ligereza a la masa.
Sus orígenes son inciertos y sobre ellos hay diferentes versiones. Por un lado tenemos la versión de la región francesa de Lorena, que dice que las madeleines deben su nombre a una criada francesa que se llamaba Madeleine Paulmier que le sirvió estos bollitos al rey de Polonia Estanislao I Leszczynski que tenía su palacio en Commercy.
Otra versión que se remonta a la época de los peregrinajes a Santiago de Compostela cuenta que una joven llamada Magdalena, servía a los peregrinos unos dulces con forma de concha (símbolo del peregrinaje a Santiago). De esta manera las magdalenas y su popularidad se extendieron a lo largo y ancho del territorio español.
Y no podemos olvidarnos de la famosísima magdalena de Proust, en la escena de "En busca del tiempo perdido", en el que el narrador moja una madeleine en su té y empieza a revivir recuerdos y sensaciones de su infancia. Por eso la expresión "magdalena de Proust" viene a significar todo aquello que nos trae recuerdos de nuestro pasado.
Seguro que antes de contaros todo esto ya estabais convencidos de preparar estos "mini bizcochitos" que si no los habéis probado nunca os los recomiendo, por su sabor delicado y su tamaño perfecto para no "pecar" mucho con el dulce.
Ideales para desayunos y meriendas. A mi me encantan simplemente acompañadas de un vaso de leche fría y si me apuráis, sin glaseado, quizás con un poco de azúcar glacé espolvoreada por encima y nada más.
Las de hoy llevan frutas, como os decía las últimas fresas de la temporada que ya me da penita que se acaben, pero hay que reconocer que ahora nos llegan un montón de frutas de verano también muy ricas y con las que en breve nos pondremos manos a la obra para preparar dulces riquísimos.
MADELEINES DE FRESAS Y LIMA GLASEADAS
INGREDIENTES
Para las madeleines
- 3 huevos
- 150 gr. de azúcar
- 2 cucharaditas de ralladura de lima
- Una pizca de sal
- 140 gr. de harina
- ½ cucharadita de levadura
- 135 gr. de mantequilla sin sal, derretida
- 80 gr. de fresas picadas
Para el glaseado
- ¾ taza de azúcar glacé
- 2 cucharadas de zumo de lima
- 1 cucharada de puré de fresa
ELABORACIÓN
Batimos los huevos, el azúcar, la ralladura de
lima y la sal durante 5 minutos, hasta que blanquee y aumente de volumen.
Tamizamos la harina y la levadura y la añadimos a los huevos, poco a poco integrándola con movimientos envolventes.
Agregamos la mantequilla en la masa y batimos un poco más hasta que la mantequilla esté incorporada. Por último, agregamos las fresas en trocitos y mezclamos. Cubrimos el recipiente con papel film y refrigeramos 1 hora.
Precalentamos el horno 210º C,
Vertemos la masa con ayuda de una
cuchara en cada uno de los huecos del molde, lo suficiente para llenarlos aproximadamente ¾ de su capacidad.
Horneamos durante 10 minutos, o hasta
que los bordes adquieran un color dorado. Desmoldamos y pasamos a una rejilla para que se enfríen. Podemos tomarlas así o acompañarlas con un glaseado de fresa.
Para preparar el glaseado de fresa, batimos el
azúcar en polvo, el zumo de lima y el puré de fresa.
Una vez que las madeleines están frías las sumergimos en el glaseado y las volvemos a colocar en la rejilla para que suelten el glaseado sobrante.
Si decidís glasearlas es mejor que las consumáis inmediatamente. Sino podéis guardarlas en una lata por ejemplo y os durarán un par de días sin ponerse duras.
Lo que yo os decía, ¡una verdadera delicia! Me encanta prepararlas con trocitos de fruta que no tienen porque ser fresas, podéis utilizar cualquier otra fruta como frambuesas, arándanos, melocotones, naranja... Se pueden preparar de multitud de sabores.
Riquísimas y muy sencillas de hacer ¿qué más se puede pedir? Yo, teniendo en cuenta que estamos en pleno mes de junio. sólo pediría que no hubiera que encender el horno para prepararlas...
Lo que yo os decía, ¡una verdadera delicia! Me encanta prepararlas con trocitos de fruta que no tienen porque ser fresas, podéis utilizar cualquier otra fruta como frambuesas, arándanos, melocotones, naranja... Se pueden preparar de multitud de sabores.
Riquísimas y muy sencillas de hacer ¿qué más se puede pedir? Yo, teniendo en cuenta que estamos en pleno mes de junio. sólo pediría que no hubiera que encender el horno para prepararlas...
- lunes, junio 13, 2016
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Después del bizcocho invertido de plátano que os enseñaba hace un par de semanas, hoy os traigo otro de esos bizcochos que también he bautizado como "bizcocho de cabecera" y que siempre está bien tener en casa porque te resuelve lo mismo un desayuno que una merienda.
Sé que ya os he comentado muchas veces cuales son las frutas que más me gustan a la hora de preparar bizcochos, pero como no sé si tú que estás hoy leyendo este post, es la primera vez que has aterrizado en Cook the cake, te lo voy a contar (los que ya me conocéis, podéis saltaros los siguientes párrafos, jajajaja. Pero no os vayáis eeehh).
Si tuviera que elegir un tipo de fruta, primero me quedaría con los cítricos, con cualquiera de ellos: limones, limas, naranjas sanguinas, naranjas valencianas, mandarinas, pomelos, utilizados como ingrediente principal del bizcocho o como complemento de éste. Esta hojaldre de cítricos es buena prueba de ello.
- lunes, junio 06, 2016
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