- domingo, diciembre 31, 2017
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Yo no sé a vosotros pero a mi cada vez se me pasan más rápido los meses. Estamos a punto de acabar 2017 y con éste, los Retos "Alfabeto Dulces" de este año. En estas fechas casi todos estamos súper liados y andamos de un lado a otro sin parar, entre las compras para las cenas y las comidas de Navidad, los regalos, las celebraciones...
Si el mes pasado os decía que los ingredientes elegidos para el #RetoAlfabetoDulce eran muy apropiados para estas fechas, los de este mes tampoco se quedan cortos. Tuvimos unos percances porque la segunda encargada de elegir ingrediente no dio señales de vida, y después de pasar a la siguiente persona de la lista y de nuevo a la siguiente, no hubo manera, así que opté por ser yo la que eligiera el ingrediente secundario.
Así que entre Cristina del blog La cocina roja de Cris y yo hemos elegido los ingredientes con los que hemos preparado los postres que más de uno cenará o comerá en Nochebuena o Navidad respectivamente. Cris optó por el whisky, que con la "W" no hay mucho dónde elegir y yo aproveché la F y elegí las frutas del bosque o frutas rojas para que tuvierais más opciones y pudierais escoger la que más os guste.
Para la ocasión he elegido un postre que he descubierto por casualidad y aunque habitualmente se presenta en vasos, dado que en el reto anterior preparé aquellos vasitos de espuma de queso y granada que tanto os gustaron, por no repetir formato, he adaptado la receta y así preparar una tarta con ella.
El postre en cuestión es un postre tradicional escocés que consiste en una mezcla de nata, miel, whisky y frambuesas frescas con avena tostada. He leído que tradicionalmente se sirve en vasos altos y que se acostumbra a traer los ingredientes por separado a la mesa y cada uno se monta el postre a su gusto.
Por cierto, que todavía no he dicho como se llama... Su nombre es "Cranachan" y aunque antes era habitual tomarlo en verano, hoy en día se toma en cualquier época del año y en ocasiones especiales, como bodas. Dice la tradición que quién encuentre un anillo dentro del postre, será el siguiente en casarse. Debe ser algo así como la "sorpresa" de nuestro Roscón de Reyes.
Me recuerda un poco a otro dulce tradicional de nuestro vecino anglosajón, que preparé hace ya unos años y que me dejó completamente enamorada: el Eton mess. Otra opción fantástica por otro lado, para preparar en estas fiestas y que como ya os comentaba en su día, es una versión un poquito más elaborada de las fresas con nata que tanto me gustan.
TARTA "CRANACHAN"
INGREDIENTES
Para el relleno de la tarta
- 300 gr. de queso crema
- 250 gr. de queso mascarpone
- 150 gr. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 200 gr. de azúcar
- 3 cucharadas de whisky
- 4 hojas de gelatina neutra
- 3 cucharadas de mermelada de frambuesa
- Un puñado de frambuesas
Para el crujiente de la tarta
- 60 gr. de mantequilla derretida
- 50 gr. azúcar moreno
- 2 cucharadas de miel
- 50 gr. de nueces
- 80 gr. de copos de avena solubles Kölln
Para la decoración
- Azúcar glacé
- Frambuesas
ELABORACIÓN
Para preparar la tarta, hidratamos las hojas de gelatina introduciéndolas en un recipiente con agua fría durante unos 20 minutos.
Calentamos un poco de la nata líquida en el microondas. Disolvemos la gelatina bien escurrida en ella y la reservamos.
En un recipiente ponemos los quesos, el azúcar, el whisky y batimos con una batidora de brazo hasta que los ingredientes estén integrados. Añadimos la mermelada y mezclamos bien. A continuación incorporamos la gelatina disuelta y batimos hasta que la crema sea homogénea.
Montamos la nata a punto de nieve y la añadimos a la mezcla anterior integrándola con movimientos envolventes.
Por último añadimos las frambuesas y vertemos la crema en un molde desmontable. Distribuimos bien las frambuesas por todo el molde con una cuchara.
Refrigeramos toda la noche.
Para preparar el crujiente, precalentamos el horno a 180º C.
En un recipiente mezclamos la mantequilla derretida, la miel, el azúcar moreno, las avellanas y los copos de avena. Revolvemos bien todo, lo extendemos en una bandeja de horno sobre un papel vegetal y horneamos 20 minutos.
Dejamos que se enfríe y lo desmenuzamos con los dedos haciendo migas gruesas. Reservamos.
Desmoldamos la tarta en un plato o cake stand. Distribuimos las migas por encima y adornamos con unas frambuesas frescas. Podemos espolvorear la tarta con azúcar glacé a nuestro gusto.
El dulzor de la nata combina perfectamente con la acidez de las frambuesas y con el toque crujiente de la avena y las avellanas, que hacen de este postre una opción fantástica como broche final a una de las comidas o cenas que degustaremos estos días.
Por supuesto, si lo preparáis en vaso o copa, conseguiréis ahorrar bastante tiempo y como os digo siempre, evitaros el reparto una vez en la mesa. Cada uno tendrá su copa lista y en una de ellas podéis esconder una sorpresita, como manda la tradición.
Y ya sólo me queda desearos una Feliz Nochebuena y un fantástico día de Navidad en compañía de familia y amigos. Disfrutad de estas fiestas tan entrañables y que la magia de la Navidad inunde vuestros corazones. Muchos, muchos besos.
- sábado, diciembre 23, 2017
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Ya estamos en plena época navideña. Supongo que casi todos habréis aprovechado el puente de diciembre para adornar el abeto de Navidad, colocar el Nacimiento con los niños y también visitar muchos de los mercadillos navideños que tenemos en nuestras ciudades y pueblos e incluso visitar algunos de los más famosos mercados navideños centroeuropeos.
El avión de #ReposterasPorEuropa, nos lleva con destino a Roma y más concretamente a un enclave localizado en el corazón de esta preciosa ciudad, un microestado de 44 hectáreas y menos de 1.000 habitantes, el país más pequeño del mundo. Este mes hacemos las maletas con destino a Ciudad del Vaticano.
Sede de la Iglesia Católica y residencia del Sumo Pontífice, el Estado de la Ciudad del Vaticano fue constituido por el Tratado de Letrán entre la Santa Sede y el estado italiano en 1.929.
Pero todo lo que tiene de pequeño este país en extensión, lo tiene de maravilloso en el conjunto arquitectónico e histórico artístico que lo conforma y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984. Hay tres lugares de obligada visita cuando vamos a Ciudad del Vaticano: La Plaza de San Pedro, La Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos.
La Plaza de San Pedro es una de las plazas más famosas y bonitas del mundo, una auténtica maravilla de la arquitectura barroca que tardó 11 años en construirse. Es una plaza impresionante, no sólo por su tamaño sino también por el número de columnas que la bordean formando 4 filas. En el centro de la plaza hay un obelisco, traído a Roma desde Egipto y dos fuentes. Es el lugar donde se llevan a cabo las celebraciones más importantes (misas en Navidad y Semana Santa, audiencia general de los miércoles con el Papa, las canonizaciones, etc.) y el lugar de encuentro con los peregrionos.
La Basílica de San Pedro está considerada como el edificio más sagrado del catolicismo. Su construcción duró 120 años y en ella participaron varios arquitectos, entre ellos Miguel Ángel. En ella está enterrado el primer Papa de la historia, San Pedro y a él le debe su nombre. Está considerada la basílica cristiana más grande del mundo con 193 metros de longitud y 45 metros de altura. Su cúpula, iniciada por Miguel Ángel, domina el horizonte de Roma, alcanzando una altura de 136 metros. Se accede a ella a través de 5 puertas.
Cabe destacar la escultura de La Piedad de Miguel Ángel que tras la agresión que sufrió, se encuentra protegida por un cristal antibalas y el Altar Papal, situado en el crucero bajo la cúpula y presidido por el monumental baldaquino de columnas salomónicas. Recuerdo que cuando visité la basílica, tuve la suerte de asistir a una misa oficiada por Juan Pablo II. Impresionaba ver la proporción microscópica del Papa con relación al resto de la construcción. La Basílica de San Pedro es una joya arquitectónica que no deja indiferente a nadie.
Y por último, los Museos Vaticanos que son las galerías que contienen todas las obras de arte recogidas por la Iglesia Católica y familias particulares, a partir de que el Papa Julio II donara su colección de arte privada. Entre otras estancias y museos, se pueden visitar, El Apartamento de Pío V, La Galería de los Candelabros, El Pabellón de Carrozas, La Galería de Tapices, El Museo Egipcio, El Museo Etrusco, etc. Y por supuesto, no podemos olvidarnos de La Capilla Sixtina, construida entre 1.471 y 1.484 es una joya pictórica por sus frescos, realizados por Miguel Ángel. La Creación de Adán es la escena más conocida aunque la obra maestra de Miguel Ángel es la escena del Juicio Final que está sobre el Altar Mayor.
Pero todos sabemos que en estos viajes, aunque hagamos turismo en el país de destino, en lo que nos debemos centrar es en la gastronomía. Durante siglos, en el Vaticano se ha comido lo mejor de lo mejor. De ahí la expresión "boccato di cardinali" que hace referencia a un bocado delicioso, si lo come el cardenal se entiende que debe ser exquisito.
Las influencias gastronómicas, lógicamente son italianas dada la localización y destacan los embutidos, las ensaladas, los pescados, los arroces, y como no, la pasta, en definitiva, la dieta mediterránea. La gastronomía papal ha evolucionado a lo largo de los tiempos ya que los papas hoy en día no comen de la manera copiosa que lo hacían siglos atrás.
Los helados, los postres como el tiramisú o la panna cotta, los dulces como el pandoro o el panettone que tan bien conocemos y las diferentes preparaciones con fruta, son característicos de esta cocina. Y como estamos en Navidad, echando un vistazo a los postres italianos más típicos, he dado con esta tarta de aromas navideños a naranja y canela que yo creo, es de lo más adecuada para estas fechas en las que estamos. A continuación os cuento cómo prepararla.
TARTA DE NAVIDAD O "CROSTATA DI NATALE"
INGREDIENTES
Para la masa
- 150 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 120 gr. de azúcar glacé
- 1 huevo tamaño L
- 1 yema de huevo
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Ralladura de 1 naranja
- 310 gr. de harina
- ½ cucharadita de canela
- 1 pizca de sal
Para el relleno de chocolate
- 200 gr. de chocolate negro 70% VALOR
- 100 gr. de azúcar glacé
- 45 gr. de harina
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 250 ml. de leche semidesnatada
- 30 gr. de mantequilla
Para la decoración
- Azúcar granulado (*)
- Miel
(*) Para preparar el azúcar granulado
- 5 cucharadas de azúcar glacé
- 1 cucharada de Maizena
- 1 cucharada de agua
ELABORACIÓN
Primero vamos a preparar la masa de la tarta y de las galletas. Para ello en el vaso de la batidora de pie ponemos la mantequilla con el azúcar y batimos unos 15 minutos hasta que la mezcla sea cremosa, clara y espumosa.
Añadimos la ralladura, la sal y el extracto de vainilla y seguimos batiendo.
Incorporamos el huevo entero y cuando esté perfectamente integrado y sin dejar de batir añadimos la yema. Cuando la mezcla sea homogénea dejamos de batir y añadimos la harina y la canela tamizadas y mezclamos con ayuda de una espátula.
Terminamos de amasar a mano y cuando la masa esté suave y lisa, formamos una bola con ella y la envolvemos en papel film.
Refrigeramos unas 3 horas más o menos.
Mientras preparamos el relleno de chocolate y canela. En un cazo ponemos a fuego suave el chocolate troceado y revolvemos con una espátula para que poco a poco se vaya derritiendo.
Añadimos la harina y la canela y mezclamos bien hasta que se forme una bola. A continuación vamos añadiendo la leche con el azúcar poco a poco y revolviendo bien la mezcla hasta que se vaya formando una crema sin grumos.
Retiramos del fuego, agregamos la mantequilla y mezclamos bien hasta que se integre. Cubrimos "a piel" con papel film (el papel film tiene que tocar la crema) e introducimos el cazo en el frigorífico durante una hora aproximadamente para que la crema se enfríe.
Sobre una superficie enharinada, extendemos la masa dejando un grosor de unos 4 mm. Engrasamos con mantequilla un molde rectangular rizado desmontable de 11 x 25 cm. y lo forramos con la masa.
Pinchamos el fondo y volvemos a introducirlo en el frigorífico hasta el momento de hornearlo.
Precalentamos el horno a 180º C.
Cuando el relleno está frío lo vertemos sobre el molde forrado con la masa y horneamos 10 minutos a 180º C y transcurrido este tiempo, bajamos la temperatura del horno a 150º C y horneamos 30 minutos más.
La tarta estará lista cuando se haya formado una costra en la superficie. Sacamos del horno y la dejamos enfriar a temperatura ambiente sobre una rejilla, antes de decorarla.
Mientras tanto vamos preparando los árboles de Navidad para la decoración.
Estiramos la masa que nos ha sobrado después de forrar el molde de la tarta y dejamos un grosor de unos 4-5 mm.
Con ayuda de unos cortadores cortamos dos tipos de árboles y los vamos colocando sobre una bandeja de horno forrada de papel vegetal. Introducimos la bandeja 30 minutos el frigorífico y cuando los árbolitos están fríos insertamos los palillos y volvemos a meter la bandeja en el frigorífico otros 15 minutos más.
Horneamos las galletas a 180º C de 10 a 12 minutos (se van dorando los bordes). Pasamos las galletas a una rejilla y dejamos que se enfríen por completo antes de decorarlas.
Mientras se enfrían, podemos ir preparando el azúcar granulado. Mezclamos el azúcar glacé con la Maizena y añadimos el agua poco a poco, mezclando con las manos hasta se forma una pasta. Si está demasiado blanda, añadimos más azúcar.
Luego cogemos trozos de esa pasta y los pasamos por un rallador y nos queda una textura parecida al coco rallado.
Cuando las galletas están completamente frías las pincelamos con un poco de miel y espolvoreamos el azúcar granulado por encima.
Una vez la tarta se haya enfriado por completo, colocamos los árboles en ella pinchándolos en el relleno y espolvoreamos más azúcar granulado para que parezca nieve.
Aún no la hemos probado ya que aprovechando la coyuntura la vamos a tomar esta noche en una cena que hago en casa para mis amigas del máster. Pero únicamente por el aroma que desprende tanto la masa como el relleno y la cucharadita de chocolate a la canela que he probado antes de verterlo en la tarta, puedo deciros de manera categórica que el sabor es espectacular.
Y qué me decís de la decoración, ¿no os parece una monada? Súper navideña ¿verdad? Si queréis preparar esta tarta en otro momento, podéis hacer un enrejado típico de pie a base de tiras que se cruzan o con vuestro cortador preferido cortar formas y ponerlas encima antes de meterla en el horno.
Ya sólo me queda felicitar un año más a Isabel de Gotas de Azúcar y Vainilla por continuar con la organización de este reto que tanto me gusta y a mis compis reposteras desearlas unas Felices Fiestas. Todavía nos quedan muchos aviones por coger en el 2018.
Fuente: Tavolartegusto
- viernes, diciembre 15, 2017
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Un Reto "Alfabeto Dulce" más, pero este más especial si cabe porque cumplimos cuatro años. Cuatro años de recetas primero con un solo ingrediente y una vez acabado el abecedario, añadimos un segundo ingrediente. Y en eso estamos... Ya quedan pocas letras de esta segunda vuelta.
Este reto se viste de manera prenavideña por los ingredientes que han elegido dos de nuestras compis participantes: los bizcochos de soletilla y las granadas. Dos ingredientes para calentar motores e ir ensayando alguno de los postres que vamos a preparar para las múltiples celebraciones que tendremos en el mes que mañana empieza.
- jueves, noviembre 30, 2017
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Este fin de semana ya se respira aire navideño en la capital. Ayer viernes se dio el pistoletazo de salida a estas fiestas, con el encendido de las luces navideñas en las principales calles de Madrid. ¡Ya huele a Navidad!
También huele a celebración, porque hoy cumplimos 4 años desde que cocinábamos con naranjas en el 2013, desde que el Reto "Alfabeto Dulce" nació para darnos tantas alegrías y sobretodo para ayudarnos a compartir entre todos tantas y tantas recetas.
Nada menos que veintisiete son los ingredientes que hemos utilizado en la primera vuelta y treinta y seis los que llevamos utilizados en la segunda, de la que apenas quedan nueve letras y por lo tanto, dieciocho ingredientes más. ¿Y luego qué? Pues luego Dios dirá... Es algo que decidiremos entre todos como siempre hacemos, porque este reto es de todos.
Siempre digo que este reto no hubiera sido posible si no fuera por vosotros y así es. Sois vosotros los que le habéis dado vida, yo lo único que he hecho ha sido ponerlo en marcha, pero vosotros habéis cocinado mes a mes, habéis hecho auténticas virguerías por llegar a tiempo aún teniendo otros compromisos.
Muchos habéis pasado por aquí, habéis formado parte de esta gran familia y luego nos habéis tenido que dejar, cada uno por diferentes motivos. Ya sabéis que la puerta del Reto "Alfabeto Dulce" nunca estará cerrada para quién quiera volver, porque como siempre digo, este reto no es una obligación, sólo una manera de pasar un rato divertido entre compañeros a los que nos une una misma pasión: la repostería.
Este mes, el penúltimo del año, nuestras compis Sonia del blog "Recetas de andar por casa" y Patty de "La Taza de Loza" han elegido dos ingredientes que combinan a la perfección y con los que se puede ir ensayando la preparación de postres para las comidas y cenas que se avecinan en esta época del año.
Como ya sabéis, en noviembre cocinamos con bizcochos de soletilla, especie de galletas alargadas con los extremos redondeados y forma de dedo, dulces, secas y con un ligero sabor a vainilla y que son la base de muchos postres. Tenía mis dudas, pero he estado investigando y se consideran bizcochos de soletilla tanto los tradicionalmente pegados al papel de hornear, más planos y esponjosos, como los más entrechos y alargados, secos y con azúcar por encima que conocemos como "lady fingers".
La granada, el otro ingredientes elegido, es una "superfruta" propia de la temporada otoñal, que tiene un ligero sabor agridulce. Rica en antioxidantes, muy beneficiosa para la salud y con propiedades diuréticas por su alto contenido en potasio. En cocina se puede usar fresca o para la elaboración de zumos y es ideal para acompañar algunos postres como el yogur. También es muy adecuada para elaborar mermeladas y jaleas y con ella se prepara la granadina, muy usada en coctelería.
Yo he preparado un postre que, como os decía, bien podría ser el fin de fiesta de alguna de las próximas celebraciones navideñas. Es una espuma de queso crema y granada servida en vasitos. A continuación os cuento cómo la he preparado.
VASITOS DE ESPUMA DE QUESO Y GRANADA
INGREDIENTES
Para la base
- 14 bizcochos de soletilla
- 40 gr. de mantequilla
- 2 cucharadas de azúcar
Para la espuma de queso
- 300 gr. de queso crema
- 200 gr. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 100 gr. de azúcar
- ½ granada + 2 cucharadas de azúcar
- 50 gr. de chocolate blanco
Para la decoración
- Semillas de granada
- Ramitas de romero
ELABORACIÓN
Primero vamos a preparar la base de bizcochos. Para ello trituramos los bizcochos, añadimos la mantequilla derretida y el azúcar y mezclamos bien. Reservamos.
Vamos a preparar el sirope de granada. Ponemos la granada con dos cucharadas de azúcar y un chorrito de agua en un cazo y llevamos a ebullición. Bajamos el fuego y dejamos que cueza unos minutos hasta que el líquido espese. Trituramos con una batidora de brazo y colamos para eliminar las semillas.
Para hacer la espuma de queso y granada, primero montamos la nata y una vez haga picos la reservamos en el frigorífico. En un recipiente ponemos el queso, el azúcar, el sirope de granada y batimos con las varillas eléctricas. Añadimos el chocolate blanco derretido y seguimos batiendo hasta que se incorpore. Por último agregamos la nata montada y mezclamos con ayuda de una espátula, con movimientos envolventes para que no pierda consistencia.
Para montar los vasitos ponemos un poco de la mezcla de galleta. A continuación con una manga pastelera rellenamos con una capa de espuma de queso y granada. Ponemos otra capa de mezcla y de galleta y por último otra capa de espuma de queso.
Decoramos con unas semillas de granada y unas ramitas de romero. Podemos añadir un poco de sirope de granada por encima.
Es un postre sencillo pero a la vez muy rico, fresco y muy ligero por el aire que lleva incorporado. Lo he presentado en vasitos porque ya sabéis que me encantan este tipo de postres en formato individual, sobretodo cuando tenemos invitados en casa. Nos olvidamos de tener que servir el postre, como si de una porción de tarta se tratase (mis queridísimas amigas Bea y Mariana, entienden lo que quiero decir).
El ligero sabor ácido de las granadas se contrarresta con el dulzor del chocolate blanco y hace que este postre tenga un sabor equilibrado y nada pesado.
Bueno y vamos a por el quinto año de #RetoAlfabetoDulce ¿no? Quién me iba a decir que aquella idea que un día se me ocurrió iba a tener tan buenísima acogida entre tanta gente y que íbamos a formar una bonita familia repostera.
De nuevo ¡muchas gracias! a todos por vuestra participación y sobretodo por vuestra implicación mes a mes en hacer la vida más dulce. Os recuerdo que tenemos también un grupo en Facebook para quién quiera estar al tanto de todo lo relacionado con el reto.
- sábado, noviembre 25, 2017
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Este mes he perdido el avión de regreso a España de #ReposterasPorEuropa y he vuelto casi una semana más tarde de nuestro último destino. Este mes de noviembre viajábamos a Azerbaiyán y a pesar de tener la receta pensada, no he tenido tiempo de publicarla hasta el día de hoy.
Os pido disculpas a todas y en especial a Isabel de Gotas de Azúcar y Vainilla, la organizadora del reto y si ella me deja me gustaría participar en el recopilatorio de postres azeríes. Siempre procuro llegar a esta cita porque es un reto con el que disfruto mes a mes, viajando, investigando y compartiendo recetas con mis compañeras reposteras.
Como os decía viajamos a Azerbaiyán república situada entre Asia Oriental y Europa Occidental, que formó parte de la Unión Soviética hasta que se independizó de ella en 1991. Uno de los principales atractivos de Azerbaiyán es la Gran Ruta de la Seda que conecta China con Europa y por la que circulaba la seda, así como otras mercancías tales como joyas, instrumentos musicales, alfombras, metales preciosos que sirvieron para hacer negocios e intercambios culturales entre Oriente y Occidente.
Asimismo goza de atractivos naturales: llanuras, valles y montañas cubiertas de bosques y lagos alpinos que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Por eso Azerbaiyán cuenta con reservas naturales muy importantes y parques nacionales como el de Girkan, el más importante por su fauna y flora autóctonas con multitud de especies, algunas de ellas en peligro de extinción.
Aterrizamos en la capital, Bakú, ciudad portuaria próxima a importantes campos petrolíferos y refinerías de petróleo, situada en el sudeste del país. Cuenta con un barrio antiguo de estrechas calles, "Ichari Shahar", en el que podemos encontrar el Palacio de los Shirvanshah y la Torre de la Doncella, declarados Patrimonio de la Humanidad. Otro lugar que no debemos dejar de visitar es el Atashgah de Bakú o Templo del Fuego que es un edificio religioso parecido a un castillo, en el que arde una llama eterna gracias al gas natural del subsuelo.
Yanar Dag es una montaña situada a unos 50 minutos del centro de Bakú que está continuamente en llamas por la salida del gas natural a través de la piedra. Estas llamas llevan activas desde la antigüedad. Otros lugares que no deberíamos olvidar en nuestra visita a Azerbaiyán son los baños públicos o "Hamam Mehellesi", la Ópera nacional, El Muso de Alfombras y Arte Aplicado y el Museo de Historia de Azerbayán.
Visitas obligadas son también ciudades como Quba, a unos 160 km. de Bakú y que es famosa por confeccionar las mejores alfombras de Azerbaiyán y por ser una región natural que produce más de 40 variedades de manzanas o el Parque Nacional de Gobustán, museo al aire libre lleno de pinturas rupestres neolíticas y volcanes de lodo situado a unos 65 km. de la capital.
Y por no desviarme mucho más, que yo en seguida me emociono, en el capítulo de la gastronomía deciros que la cocina azerbaiyana está compuesta por gran variedad de ingredientes. Las sopas son consistentes porque contienen menos caldo y pueden tomarse frías o calientes, como por ejemplo "Dovga" o sopa espesa picante hecha de yogur, espinacas, arroz e hinojo o "Dograma" que se prepara fría con leche agria, patatas, cebollas y pepino. También son típicos los platos preparados con pasta, el más famoso es "Dushbarra" que es un caldo con raviolis rellenos de cordero y hierbas.
Uno de los platos más famosos en Azerbaiyán es el "Plov" preparado a base de carne y arroz. Hay más de 40 variedades en función de los ingredientes usados, así tendríamos "Kourmá plov" con carne de cordero guisado, "Plov Sabzí Kourmá" con hierbas aromáticas y carne de cordero, "Toyúg Plov" con pollo, "Suplí Plov" con arroz cocido en leche o "Shirín Plov" con frutos secos.
En cuanto a los platos principales, nunca puede faltar en las cenas familiares el "Kebab" sobre todo el de cordero y también existen platos tradicionales preparados con pescado como "Balig" que es esturión asado con salsa de ciruelas.
Y como siempre llegamos a los postres, no sin antes haber hecho un pequeño tour por el país. Los pasteles en Azerbaiyán se dividen en tres categorías: de harina, acaramelados y abombonados. Tenemos postres como "Shekerbura" o pasta rellena de azúcar y almendra molida con forma de empanadilla, "Pajlavá" dulce preparado con hojaldre y nueces,"Rahat Lokum" que son una especie de gominolas preparadas con azúcar o miel con sabor a zumos de frutas, los higos bañados o el "sorbete", bebida preparada a base de limón, azúcar, azafrán, semillas de menta y albahaca.
También es tradicional servir el té a los huéspedes como símbolo de hospitalidad y para dar pie a entablar una conversación. Se suele acompañar con "murabbá" o mermelada de diferentes sabores y galletas o "kurabiye" como las que hoy os traigo y que espero os gusten.
FINDIKLI KURABIYE O GALLETAS DE AVELLANAS
INGREDIENTESPara la masa
- 125 gr. de margarina
- ½ cucharadita de aceite
- 55 gr. de azúcar glacé
- 1 yema de huevo
- 1 cucharadita de vainilla
- 275 gr. de harina
Para rebozar
- 1 clara de huevo
- 50 gr. de avellanas peladas y picadas
- 50 gr. de pistachos pelados y picados
Para rellenar y decorar
- Chocolate o mermelada
- Pistachos picados
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180º C.
En un recipiente ponemos la margarina, el aceite, la yema de huevo, el azúcar glacé y la vainilla. Añadimos la harina y amasamos con la mano hasta conseguir una masa de consistencia suave.
Envolvemos la masa en un film y metemos en el frigorífico 20 minutos.
Hacemos con las manos unas bolitas de masa de unos 20 gr. cada una (del tamaño de una nuez) y presionamos en el centro con el dedo para hundir un poco la masa.
Cuando las tenemos todas formadas, pasamos una a una por clara de huevo y rebozamos las galletas en avellanas (yo he rebozado la mitad en avellanas y la otra mitad en pistachos picados).
Vamos colocando las galletas en la bandeja sobre un papel de horno y horneamos 15-20 minutos.
Dejamos que se enfríen y posteriormente vamos rellenando el centro de las galletas con chocolate fundido o mermelada.
Decoramos con unos trocitos de avellana o pistachos.
Nota: con estas cantidades a mi me han salido 24 galletas.
La bebida nacional de Azerbaiyán es el té negro que se sirve en un "samovar", recipiente metálico en forma de cafetera alta. Es una especie de tetera que cuenta con una fuente de calor para preparar el té y un grifo para servirlo.
Nada mejor que acompañar estas galletas que con el té negro del que os hablaba o en su defecto con un buen vaso de leche que es como las comimos en casa. No quedaron ni las migas...
- martes, noviembre 21, 2017
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El próximo día 15 de noviembre es un día especial. El próximo miércoles es el Día Internacional del Bundt Cake. A estas alturas no voy a explicar lo que es un #bundt cake porque si leéis blogs de repostería y si os gusta ésta, estáis ya al tanto de cómo son estos bizcochos.
Son unos bizcochos mágicos, con unas formas preciosas y un horneado brutal que los hacen especiales, estéticos, y que gustan a casi todo el mundo incluso antes de probarlos. Cuando los descubres impresionan. Cuando compras el primer molde no puedes parar... ¡Crean adicción!
Como casi todos los años muchas páginas de repostería celebran este día organizando sorteos, concursos y más celebraciones en torno a estos bizcochos, cuyo nombre patentado es propiedad de Nordic Ware.
Pues bien, mis amigas Bea y Mara al frente del blog I love bundt cakes, en colaboración con la página Claudia y Julia, un año más organizan un sorteo para celebrar el #NationalBundtCakeDay2017.
No me gusta faltar a esta cita porque como os decía, los bundt cakes me tienen enamorada y por ello un año más por aquí me tenéis con este bundt cake de limón y anís con limón confitado que aunque a priori parece simple, tiene un sabor espectacular.
Preparado sin aceite y sin mantequilla, la única materia grasa es la que le aporta la nata líquida. Pero aún así no es nada seco y resulta tener una miga muy hueca.
Pero hay muchos más, muchos más bundt cakes, para todos los gustos, los podéis encontrar en el índice de recetas del blog en el apartado que lleva su nombre: de aguacate y calabacín, el preferido de mi amor; de castañas, chocolate y nueces con salsa de granada, muy otoñal; el pink velvet para San Valentín; de pan de jengibre, ideal para las fechas que se aproximan; de fresas y vinagre balsámico, ummmmm, para chuparse los dedos... y un largo etcétera en el que es imposible que no encontréis uno que os guste.
Y no me enrollo más que seguro que estáis deseando que os cuente como preparar este delicioso bundt cake. ¡Allá vamos!
BUNDT CAKE DE LIMÓN Y ANÍS CON LIMÓN CONFITADO
INGREDIENTES- 320 gr. de harina
- 2 cucharaditas de levadura
- 2 cucharaditas de bicarbonato sódico
- Una pizca de sal
- 3 cucharaditas de semillas de anís (ligeramente tostadas)
- 200 gr. de azúcar
- 3 huevos tamaño L
- La ralladura de 2 limones
- 70 ml. de zumo de limón
- 250 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 100 gr. de limón confitado (en trocitos)
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180º C y engrasamos un molde de bundt cake con mantequilla. Reservamos.
Tamizamos la harina, con la levadura, el bicarbonato y la sal. Reservamos.
En el vaso de la batidora de pie ponemos los huevos con el azúcar y batimos hasta que la mezcla aumente de volumen y esté esponjosa.
Agregamos la harina y mezclamos con ayuda de una espátula. A continuación incorporamos la nata líquida, el zumo, el anís y la ralladura de limón y mezclamos hasta que todos los ingredientes estén perfectamente incorporados y la masa sea homogénea.
Por último añadimos los trocitos de limón confitado y los distribuimos por toda la masa.
Vertemos la masa en el molde y damos unos golpes secos sobre la mesa para que se asiente toda la masa. Horneamos unos 40 minutos o hasta que insertando un palito en el centro del bizcocho, éste salga limpio.
Dejamos 10 minutos sin desmoldar y transcurrido este tiempo, desmoldamos sobre una rejilla y dejamos que se enfríe por completo a temperatura ambiente.
¿Qué os parece? Yo preparaba unos vasos de leche ahora mismo y empezaba a cortar pedazos de bizcocho para merendar. ¡Qué rico! Bueno, pero yo no soy muy objetiva, además a mi me encantan los bizcochos de limón. Por mi, tendría siempre un bizcocho de limón en casa.
Esponjoso a más no poder. Bueno creo que las fotos hablan por si solas. Yo que vosotros no lo pensaría ni un momento, y me pondría manos a la obra. ¡De verdad que os va a encantar!
- martes, noviembre 14, 2017
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Ahora sí, ahora podemos decir que el otoño se ha instalado en toda España. Ya ha empezado el frío, han bajado las temperaturas, han llegado las primeras lluvias, el suelo está lleno de hojas y el campo brilla con colores que van desde el verde al marrón pasando por ocres, naranjas y rojizos caldero.
Este mes lo he estrenado yendo al campo. El día 1 de noviembre, día de todos los santos, después de comer nos fuimos a dar un paseo por la Dehesa de Navalcarbón, uno de los pulmones de Las Rozas, localidad de la Comunidad de Madrid.
Allí aprovechamos para, aparte de caminar un rato, dar de comer a los patos que viven en el río artificial que discurre por el antiguo cauce del Canal del Guadarrama, también para coger piñas, hojas, ramas, bellotas, que me han servido de atrezzo para la sesión de fotos de la receta que hoy os traigo.
Os cuento un poco como surgió la receta. Estábamos en plena semana previa a Halloween y pensé en hacer un pie de calabaza ambientado para una noche terrorífica. Como siempre me pilló el toro y hasta la noche del 31 de octubre, no tuve la receta lista. Incluso preparé la decoración con chocolate, pero finalmente y como aún no tenía escrita la entrada, ni hechas las fotos, decidí que no tenía mucho sentido publicar una receta para Halloween cuando ya había pasado esta fecha.
Así que lo que en un principio iba a ser un pie de calabaza con un toque terrorífico, evolucionó y se convirtió en un cheesecake de dulce de leche y así utilizar una de las variedades que amablemente Dulce de leche Márdel me envió a casa hace unos meses. Una especie de "trampantojo culinario" y como ya os adelantaba en Instagram, oro parece y plata no es...
Normalmente cuando tengo un par de calabazas en casa (que me suelen regalar) las aso en el horno, sólo poniendo un poco de agua en la bandeja y luego con ayuda de una cuchara saco toda la pulpa y la congelo en tuppers para posteriormente utilizarla para cremas o para hacer postres.
Pero en esta ocasión, y a pesar de tener calabaza asada en el frigorífico, decidí usar como os decía el dulce de leche que también tenía en casa y hacer un delicioso pastel de queso que entusiasmó a los niños que lo tomaron para merendar el día de fiesta.
Es una delicia de postre, que además de ser muy sencillo de preparar tiene una muy vistosa presentación. A continuación os cuento cómo lo hice.
FALSO PIE DE CALABAZA. {CHEESECAKE DE DULCE DE LECHE}
INGREDIENTES- 2 láminas de pasta brisa fresca
- 500 gr. de queso crema
- 300 gr. de dulce de leche "Gourmet" Mardel
- 3 huevos
- 100 gr. de azúcar
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180º C.
Extendemos la masa brisa y forramos un molde de pie de unos 24 cm. previamente engrasado con mantequilla. Para hacer las ondas del borde presionamos el pulgar contra el borde y pellizcamos la masa y así vamos haciendo las ondas en todo el borde. Pinchamos la masa con un tenedor.
Preparamos el relleno, para ello en un recipiente ponemos el queso crema, el azúcar, el dulce de leche y los huevos y batimos hasta que nos quede una crema homogénea.
Vertemos el relleno sobre la masa brisa y horneamos 1 hora.
Sacamos del horno y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Una vez frío con ayuda de un cuchillo dibujamos unas líneas como si fueran las de una calabaza.
Decoramos con unas hojas y un palito de madera para dar el aspecto de calabaza.
Rico, rico. De sabor aterciopelado y dulce a más no poder. Este cheesecake lo tiene todo ¿verdad? incluida su preparación, que no puede ser más sencilla.
Espero que os haya gustado la receta de hoy que da el pistoletazo de salida a este otoño que se ha hecho esperar. A partir de ahora quiero todos los hornos "echando humo", nunca mejor dicho.
- lunes, noviembre 06, 2017
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