- miércoles, marzo 28, 2018
- 10 Comments
Son muchos los que piensan que Pascua y Semana Santa es lo mismo y no es así. La Pascua celebra la resurrección de Jesús al tercer día después de haber sido crucificado, según se relata en el Nuevo Testamento..
Precisamente con la Pascua finaliza la Semana Santa, ya que es el domingo de Pascua (el 1 de abril este año) cuando Jesús resucitará y se aparecerá a sus discípulos, iniciándose a partir de ahí un período de cincuenta días o Tiempo Pascual, que finaliza con el Domingo de Pentecostés.
Pero es ahora en Semana Santa cuando muchos tenemos más tiempo libre y algunos días de vacaciones, cuando se preparan muchos dulces propios tanto de estos días como de los posteriores a la Semana Santa. Las torrijas, los pestiños, las rosquillas, los panquemados, la leche frita o las monas de pascua, son algunos de ellos.
La cultura pagana celebraba el inicio de la primavera (en el hemisferio norte) con la tradición de regalar huevos por Pascua, ya que en algunas culturas, la primavera equivale a la fertilidad y ésta se representa con los huevos y las liebres. Por eso en países como Alemania, Polonia, Reino Unido y también Estados Unidos existe esta tradición.
Concretamente en Estados Unidos, el llamado "Easter Egg Roll" (Carrera de Huevos de Pascua) es literalmente una carrera en la que los niños compiten por rodar huevos duros de colores en los jardines de la Casablanca.
En España, sobretodo en Valencia y Cataluña, es donde hay una mayor tradición en la elaboración y regalo de figuras de chocolate para celebrar la Pascua. Son las famosas monas de Pascua (mona proviene del árabe "munna" que significa obsequio), que regala el padrino a su ahijado todos los lunes de Pascua hasta que éste hace la Primera Comunión.
Aprovechando que hace poco recibí en casa unos huevos de pascua de chocolate y unos Pecosos de Lacasitos, he preparado este bundt cake adornado con estos últimos para celebrar la llegada de la primavera y la Pascua por adelantado.
BUNDT CAKE DE VAINILLA CON HUEVOS DE PASCUA
INGREDIENTES
Para el bizcocho
- 165 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 290 gr. de azúcar
- 195 gr. de yogur griego
- 1 y ½ cucharaditas de extracto de vainilla
- 4 huevos tamaño L
- 325 gr. de harina
- 1 y ¼ cucharaditas de bicarbonato
- ½ cucharadita de sal
- 190 ml. de leche semidesnatada
- 50 ml. de agua
- 35 gr. confeti de azúcar
Para el glaseado y la decoración
- 60 gr. de azúcar
- 60 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
- ½ cucharadita de extracto de vainilla
- 85 gr. de azúcar glacé
- Colorante rosa
- Lacasitos Pecosos (huevos de chocolate con leche)
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180º C y engrasamos un molde de bundt cake con mantequilla.
Tamizamos la harina con el bicarbonato y la sal. Reservamos.
Mezclamos el agua y la leche. Reservamos.
En el vaso de la batidora de pie ponemos la mantequilla y el azúcar y batimos hasta que la mezcla blanquee y aumente de volumen.
Añadimos el yogur griego y el extracto de vainilla sin dejar de batir.
A continuación incorporamos los huevos de uno en uno esperando a que se integren por completo antes de añadir el siguiente.
Agregamos la mitad de los ingredientes secos y mezclamos bien. Añadimos el agua con la leche y mezclamos bien hasta que estén combinados. Agregamos los ingredientes secos restantes y terminamos de mezclar hasta que la masa sea homogénea. Por último incorporamos el confeti.
Vertemos la masa en el molde que teníamos engrasado y horneamos unos 45 minutos o hasta que insertando un palito en el centro del bizcocho, éste salga limpio.
Dejamos enfriar 10 minutos sobre una rejilla. A continuación desmoldamos y dejamos que se enfríe por completo a temperatura ambiente.
Mientras se enfría preparamos el glaseado, para ello ponemos en un cazo todos los ingredientes excepto el azúcar glacé. Calentamos a fuego lento hasta que se disuelva el azúcar y luego subimos un poco el fuego hasta que hierva unos 3 minutos.
Vertemos en un recipiente para que se enfríe y añadimos el colorante y el azúcar glacé. Revolvemos para que el color sea uniforme y dejamos que se enfríe y vaya espesando.
Glaseamos el bizcocho sobre una rejilla para que escurra el sobrante y lo pasamos a un plato o cake stand.
Adornamos con huevos de Pascua de chocolate.
Como podéis ver por las fotos, es un bizcocho muy esponjoso, muy hueco y con un intenso sabor a vainilla, que a mi particularmente me encanta. Bueno esto último no podéis verlo por las fotos pero ya os lo digo yo que no miento.
Es de esos bizcochos ideales para el desayuno, de esos que se beben los vasos de leche vistos y no vistos.
Espero si es que tenéis vacaciones en estos días, que aprovechéis para descansar o para hacer aquello que más os guste. El tiempo nos ha dado una tregua en la primera parte de la semana, aunque creo que a partir del jueves empeora.
Disfrutad de las procesiones, de las ciudades, de las playas, y sobretodo ¡¡sed felices!!
- martes, marzo 27, 2018
- 8 Comments
El Reto "Alfabeto Dulce" ha empezado muy fuerte este nuevo año o por lo menos a mi me lo parece. Bajo mi punto de vista, la elección de los ingredientes que llevamos en estos apenas tres meses de 2018 ha sido genial.
Nos estrenamos en el comienzo de 2018 con una aromática combinación: yogur y café que nos dejó casi una veintena de variadas recetas. En el segundo mes del año, nos trasladamos mentalmente a tierras cálidas y tropicales y con los ingredientes elegidos, piña y mango, conseguimos reunir un ramillete de recetas de lo más apetecibles.
En marzo volvemos con fuerza, y sigo estando de acuerdo en asegurar que habéis dado en el clavo con el matrimonio de ingredientes elegido. En esta ocasión nuestras compañeras Elena, del blog Miss Pimienta y Maite de Antojo en tu cocina, han elegido respectivamente el hojaldre y los plátanos para preparar nuestro recetario mensual.
El hojaldre o también llamado milhojas, es una masa voluminosa, ligera y crujiente, de la que no se sabe a ciencia cierta su origen. Unos dicen que se remonta a los romanos o a los griegos, otros a la época medieval y otros dicen que fueron los árabes los que lo trajeron a Europa. Se elabora con harina, grasa (mantequilla, manteca de cerdo o margarina), agua y sal.
Los franceses cuentan que fue un pastelero y pintor francés, Claude Gelée que intentando hacer pruebas para crear un pan especial para su padre enfermo, introdujo un trozo de manteca dentro de un bollo de masa de pan que luego horneó. El "pan" resultó todo un éxito que posteriormente fue perfeccionando, suprimiendo la levadura y utilizando la técnica del estirado y plegado para introducir la grasa entre las diferentes capas de masa y así al hornearla que ésta se abriera en finas hojas o láminas.
Hay cuatro tipos de hojaldre, el hojaldre común que contiene la grasa en su interior, el invertido que tiene la grasa fuera, el rápido en el que se incorpora la grasa al empaste, y el hojaldre medio que lleva menos cantidad de grasa y menor número de dobleces.
El hojaldre es una masa muy versátil que permite su uso en numerosos platos de cocina salada o pastelería como en la elaboración de tartas, palmeras, croissants, empanadas, vol-au-vents, pasteles salados, etc. Su elaboración es laboriosa, aunque hoy en día podemos encontrar masa de hojaldre fresca refrigerada o congelada en cualquier supermercado.
El plátano o banana proviene del sudeste asiático y fueron los comerciantes quien lo llevaron a África Ecuatorial y las Islas Canarias. Es una de las frutas tropicales con mayor número de plantaciones y una de las cuatro más consumida a nivel mundial.
Existen multitud de variedades de plátanos como el Dominico (de sabor muy dulce), el Valerey (con una textura parecida a las ciruelas), el Macho (que se utiliza generalmente cocinado) o el Cavendish (el más comercializado) entre otras.
El plátano tiene una gran cantidad de nutrientes e hidratos de carbono que producen energía por eso es ideal para personas que desempeñan actividades físicas. Ayuda a prevenir la diarrea por su contenido en taninos, es bueno contra el colesterol, favorece la eliminación de líquidos por su bajo contenido en sodio, previene los calambres musculares si se toma antes de hacer ejercicio o mejora la circulación.
Al igual que el hojaldre se puede utilizar tanto en la cocina salada como en la repostería, formando parte de muchos platos principales sobretodo de la cocina asiática y sudamericana. En postres puede integrarse como relleno en tartas y pasteles o para la decoración de los mismos, en hojaldres, batidos, macedonias, helados, etc.
Para la ocasión he preparado un sencillo y a la vez riquísimo postre con estos dos ingredientes: un hojaldre con plátanos caramelizados en la sartén y nueces. A continuación os explico cómo. Espero que os guste.
HOJALDRE DE PLÁTANO CARAMELIZADOS Y NUECES
INGREDIENTES
- 1 plancha redonda de hojaldre fresco
- 3 plátanos
- 20 gr. de mantequilla
- 100 gr. de azúcar moreno
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 40 gr. de nueces
- 1 yema de huevo (para pincelar)
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 180º C.
Extendemos la masa de hojaldre y la colocamos en una bandeja de horno forrada de papel vegetal. Reservamos.
Pelamos los plátanos y los cortamos en tres partes de manera longitudinal.
En una sartén derretimos la mantequilla y añadimos los plátanos. Agregamos el zumo de limón y el azúcar moreno por encima. Cocinamos unos minutos a fuego lento dando la vuelta a los plátanos para que se caramelicen por ambas caras.
Una parte de las nueces las machacamos en un mortero y las añadimos por encima de la masa de hojaldre. Colocamos los plátanos encima con su caramelo dejando un borde de unos 4 cm. y doblamos la masa sobre los plátanos. Añadimos unas nueces en trozos por encima (también podéis añadir cualquier otro fruto seco de vuestra elección).
Pincelamos la masa con la yema de huevo y espolvoreamos con azúcar moreno.
Horneamos unos 25 ó 30 minutos o hasta que el hojaldre esté dorado.
Crujiente, sabroso... con ese sabor característico y dulzón del plátano que combinado con el caramelo lo hacen todavía más delicioso si cabe y acompañado de las nueces que le aportan textura.
En definitiva un postre que lo tiene todo y que además podéis preparar con cualquier otra fruta, con la que más os guste. Yo ya preparé un hojaldre parecido con peras y toffee de jengibre u otro con cítricos y crema de almendras que estaba espectacular.
También los he hecho con melocotones, con frambuesas, con moras, con manzana, con fresas o simplemente con crema pastelera. Podéis encontrarlos todos con la etiqueta HOJALDRE o en el índice de recetas del blog.
Estoy deseando ver las recetas que habéis preparado para dar la bienvenida a esta invernal primavera en este tercer #RetoAlfabetoDulce del año.
- domingo, marzo 25, 2018
- 6 Comments
Un mes más tenemos una cita con este reto que tanto me gusta y que nos invita a viajar por la desconocida gastronomía europea, y digo desconocida porque existen países que para muchos de nosotros llegarían a serlo si no fuera por estos "viajes gastronómicos".
El avión del reto "Reposteras por Europa" organizado por mi compañera Isabel, este mes de marzo aterriza en Podgorica, capital de Montenegro y ciudad más grande del país.
Debido a los bombardeos que sufrió en la II Guerra Mundial, no es una ciudad con grandes monumentos. En el barrio de Stara Varos podemos ver la mezquita y el castillo de Tvrdava Ribnica. También cabe destacar la Catedral de la Resurrección de Cristo y la Torre del Reloj o Sahat Kula.
Montenegro cuenta con una costa formada de playas casi todas de piedras y pueblos medievales muy bien conservados ya que el turismo, aunque crece a un ritmo vertiginoso (25% anual), aún no es masivo. Podríamos decir que Montenegro es un parque de atracciones natural.
Otro de los lugares que no hay que dejar de visitar es Kotor, ciudad de la Costa Dálmata, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO que cuenta con preciosos acantilados y en la que se debe subir a la Fortaleza de San Iván. Asimismo también hay que visitar Stevi Stefan, pueblo pesquero muy bello y que en los últimos años se ha convertido en centro de turismo de lujo.
Otros lugares que tampoco deben dejar de visitarse son el Parque Nacional Lovcen desde el que se puede disfrutar de unas maravillosas vistas de la Bahía de Kotor y el Lago Skadar con más de 500 km. de extensión.
En cuestión de gastronomía, por su situación geográfica, ésta se ve influenciada por la cocina mediterránea así como de la de los países del Este de Europa. Los ingredientes más representativos son el arroz, las verduras, los fideos y la carne, aunque en las regiones centrales y en el sur abunda el pescado, sin que por supuesto falte el aceite de oliva.
Uno de los platos típicos es el cévapi o carne a la brasa que se sirve acompañada de cebolla y salsa kajmak (crema de leche convertida en queso), papeci o especie de san jacobo montenegrino, skakavica que es pescado marinado con col blanca, aceite de oliva y zumo de limón, domaca kobasica na zaru o salchichas asadas en horno de leña, japraci o ternera con arroz enrrollada en col.
Y en cuanto a los postres algunos tienen influencias turcas como es el caso de la baklava, la projanica que es un pastel elaborado con queso fresco huevos y harina o krempita o pastel relleno de crema pastelera, todo ello regado con el típico café turco del que son grandes consumidores o de un aguardiente casero de uva o ciruela llamado rakija.
Al final me he decantado por preparar una crema de café porque he leído que es un postre habitual y aunque ellos le añaden brandy o aguardiente, yo la he preparado apta para todos los públicos y no he incorporado alcohol en la receta. A continuación os explico cómo prepararla.
CREMA DE CAFÉ
INGREDIENTES
Para la crema de café
- 100 ml. de leche semidesnatada
- 200 ml. de café expresso
- 2 yemas de huevo
- 150 gr. de azúcar
- 400 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 1 cucharada de Maizena
Para la decoración
- 150 ml. de nata líquida para montar 35% M.G.
- 40 gr. de azúcar
- Cacao en polvo
- Granos de café
ELABORACIÓN
Ponemos la leche y el café en un cazo y llevamos a ebullición. Retiramos del fuego y reservamos.
En un recipiente ponemos las yemas, la Maizena y la mitad del azúcar y mezclamos.
Incorporamos la mezcla a la leche con el café y batimos con unas varillas hasta que se integre. Ponemos en el fuego nuevamente sin dejar de revolver hasta que la crema vaya espesando. Retiramos del fuego y dejamos enfriar a temperatura ambiente, tapando "a piel" con papel film.
Montamos la nata con el resto del azúcar y la añadimos a la crema anterior, mezclando con movimientos envolventes. Vertemos la crema en copas. Refrigeramos.
Un rato antes de servir la crema de café, montamos la nata líquida con el azúcar y con una manga pastelera hacemos unas rosetas sobre la crema.
Espolvoreamos con un poco de cacao en polvo y ponemos unos granos de café para decorar.
Un postre de sabor intenso y con una textura muy suave y agradable. Si os gusta el café tanto como a mi, os recomiendo que probéis esta crema, incluso, y tal y como se suele preparar en el país de origen, podéis agregar un poco de brandy o licor.
En un principio, en vez de una crema, pensé en hacer una panna cotta y disponerla en capas (una capa de vainilla, otra de chocolate...). Seguramente hubiera quedado más vistosa, pero de lo que se trataba era de dar una especial relevancia al café, por eso al final descarté esta idea.
Un mes más un bonito viaje que he compartido con mis compañeras reposteras y que seguro, como es habitual, nos traerá deliciosos postres.
¡Estoy deseando ver todas las recetas de mis amigas viajeras!
- jueves, marzo 15, 2018
- 14 Comments
Vaya días nublados estamos teniendo estas dos últimas semanas. El invierno está dando los últimos coletazos pero a base de bien. Después de un otoño y primera parte del invierno templados y secos, el tiempo se ha vuelto loco y no hace más que llover y nevar en toda España.
Yo en cambio, y como ya veo a lo lejos la primavera (esa son las ganas que tengo de buen tiempo) vengo con un postre que es todo color, un arcoiris de colores y una combinación de sabores que a mi particularmente me apasionan.
Hoy os traigo un cheesecake que combina el sabor extremadamente dulce y empalagoso del chocolate blanco, con la acidez de los cítricos. Aunque es verdad que en esta época del año las naranjas y mandarinas están dulces y deliciosas, otros cítricos como el pomelo, la lima y los limones siguen manteniendo su acidez característica.
Además los amantes de las tartas de queso estamos de enhorabuena y preparados para celebrar el "White Chocolate Cheesecake Day" que se celebra en Estados Unidos el día 6 de marzo y que yo voy a celebrar con esta deliciosa tarta de queso y chocolate blanco con cítricos.
Yo que soy una amante de los pasteles de queso sabía que el día 30 de julio se celebra el "Día Nacional del Cheesecake" en general aunque también tenemos otros días en los que se celebran algunos tipos de cheesecakes entre los que se encuentra el de chocolate blanco, que hoy nos ocupa.
Por si tenéis curiosidad os digo las fechas en las que se celebran algunos de los más famosos pasteles de queso:
- Día Nacional del cheesecake de chocolate blanco - 6 de marzo
- Día Nacional del cheesecake de cerezas - 23 de abril
- Día Nacional del cheesecake de arándanos - 26 de mayo
- Día Nacional del cheeecake - 30 de julio
- Día Nacional del cheesecake de calabaza - 21 de octubre
Hay tantos tipos de cheesecake como ingredientes se nos ocurran ya que es un postre muy versátil y admite cualquier tipo de ingrediente. En el índice de recetas del blog tenéis un apartado dedicado en exclusiva a los cheesecakes. Allí podréis encontrar un ramillete de opciones para que podáis preparar la que más os guste.
A continuación os cuento cómo preparar este delicioso pastel del queso. Sólo tenéis que tener un poco de paciencia a la hora de pelar y cortar los diferentes cítricos. Cuánta más variedad utilicéis, más variado será el colorido y más vistoso quedará el cheesecake.
CHEESECAKE DE CÍTRICOS Y CHOCOLATE BLANCO
INGREDIENTES
Para la corteza con mantequilla dorada
- 130 gr. de mantequilla
- 250 gr. de harina
- ¾ cucharadita de levadura
- 75 gr. de azúcar
Relleno de queso
- 50 gr. de chocolate blanco
- 400 gr. de queso crema
- 1 cucharadas de vainilla en pasta
- 80 gr. de azúcar
- 1 huevo tamaño L
Para el jarabe de cítricos y la decoración
- 150 ml. de zumo de cítricos
- 75 gr. de azúcar
- Cítricos a vuestra elección (naranjas, naranjas sanguinas, pomelos, mandarinas, limas, limones...)
ELABORACIÓN
Primero vamos a preparar la mantequilla dorada. Ponemos la mantequilla en una sartén y dejamos que burbujee moviéndola con una cuchara de madera y dejando que adquiera un tono dorado.
La retiramos del fuego y la vertemos en otro recipiente para que no siga dorándose y dejamos que se enfríe. Reservamos.
Precalentamos el horno a 180º C.
Para preparar la masa de la corteza, en un recipiente, mezclamos la harina, el bicarbonato y el azúcar glacé, Añadimos la mantequilla que ya estará fría y mezclamos bien.
Engrasamos un molde rizado rectangular con el fondo desmontable. Presionamos la masa sobre el molde con la ayuda de una cuchara o con los dedos hasta que lo forremos por completo y horneamos 10 minutos. Pasamos a una rejilla y dejamos que se enfríe.
Mientras preparamos el relleno de queso. Derretimos el chocolate blanco al baño maría. Reservamos.
En un recipiente batimos el queso con el azúcar y la vainilla. Añadimos el huevo y batimos hasta que se integre por completo. Por último agregamos el chocolate blanco y mezclamos bien.
Vertemos la crema sobre el molde y horneamos unos 30 minutos. Retiramos del horno y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Refrigeramos al menos 4 horas o mejor durante toda la noche
Preparamos los diferentes cítricos cortando la cáscara y la parte blanca. Luego con un cuchillo bien afilado vamos cortando cada pieza en segmentos entre las membranas.
Para hacer el almíbar de cítricos, en un cazo ponemos el jugo que ha soltado la fruta al cortarla y aparte exprimimos los cítricos de nuestra elección hasta conseguir 150 ml. aproximadamente. Añadimos el azúcar y ponemos al fuego hasta que hierva y dejamos unos 15 minutos que reduzca.
Vertemos el almíbar en un tazón y dejamos que se enfríe.
Cuando está frío desmoldamos la tarta y añadimos un poco de jarabe por encima del relleno de queso. Decoramos la tarta colocando los gajos de los cítricos creando un color degradado
Es la primera vez que preparo una corteza con mantequilla dorada y el resultado me ha parecido espectacular. La corteza de la tarta tiene un sabor riquísimo, como a frutos secos.
Lo que yo os decía, ¡un cúmulo de sabores!
Elegir un trozo de esta tarta es tarea difícil si como a mi, os gustan tanto cualquiera de las frutas que la componen. Yo tengo especial predilección por los pomelos y por supuesto por las naranjas, aunque también me gustan muchísimo las limas. Total, que me gustan todas, así que elegid vosotros el trozo que yo me conformo con el que sobre, si es que sobra.
Una muy bonita manera de celebrar un martes cualquiera del mes de marzo, éste además con un dulce sabor a chocolate blanco.
- martes, marzo 06, 2018
- 14 Comments